Premoniciones de nuevo barrio, la Nova Esquerra de l’Eixample…


Pues nada, que he cambiado de barrio y ni tan mal. Es lo bueno de Barcelona, que no hay barrios malos. Ahora estoy en la Nova Esquerra de l’Eixample, que es como la Antiga pero con edificios setenteros que son como medio feos pero que a su vez tienen su punto. Hablando de edificios feos… ¿Sabéis qué tengo al lado de casa? Las Arenas. De este lugar quería yo hablar –más que nada porque aún no he tenido tiempo de explorar el nuevo entorno para hablar de temas más interesantes. Pero no voy a hablar de ello de cualquier manera, sino de manera esotérica. Porque yo este edificio lo soñé antes de que se hiciera. ¿Cómo te quedas?

El caso es que, desde hace bastantes años ya, mis pesadillas tienen lugar principalmente en dos tipos de edificios: en centros comerciales y en estaciones –de bus, metro, tren, aeropuertos… (esto también lo soñaba mucho antes de que el ISIS y Al Qaeda fueran mainstream). Y el peor de todos, que es la combinación de ambos: el Duty Free del aeropuerto. Pues bien, uno de los sitios que más se repetía en mis pesadillas era un centro comercial de planta redonda, con una gran escalera mecánica que lo atravesaba diametralmente y de abajo a arriba. Y, claro, imaginad mi cara de mal rollo cuando veo en el periódico, allá por el 2009, los planos del futuro centro de Las Arenas. [Inciso para Richard Rogers: Pero vamos a ver, marichocho, ¿no tuviste bastante con esa jaula de hamsters del Pompidou, que has querido también mancillar una de las plazas más visibles de entrada a Barcelona?].

Ahora vivo aquí, casi una década después de mis sueños premonitorios, y me da un poco de yuyu. Puede que sean los fantasmas de los toros que aún se pasean por el ruedo, o el olor genérico que desprende el Sephora y que todo lo llena, pero ya os digo yo que aquí dentro no hay buenas vibraciones.

Aunque mirándolo por el lado bueno, el hecho de vivir junto a un centro comercial me da un poco la sensación de estar en el extrarradio, cosa que se agradece después de estos últimos años viviendo en Ciutat Vella.

Habrá que ver qué me tiene guardado el nuevo barrio. Por el momento ya me voy haciendo el majo con los vecinos y con los comerciantes de alrededor y, a pesar de la influencia maligna del centro comercial, parece que hay gente maja por aquí. Eso sí, si alguien conoce algún ritual para exorcizar espíritus taurinos, soy todo oídos.