chichinabo-dPatricia Lázaro y Miguel Sánchez se empujaron a crear la marca «con el nombre más raro del mundo», a raíz de un encargo de un amigo hace tres años. Desde entonces hacen malabarismos para dar un nuevo protagonismo a objetos que «parecían destinados al olvido». Así, de Chichinabo.

[gdl_icon type=»icon-asterisk» color=»#222″ size=»18px»] ¿Qué queríais ser de mayores?
Patricia (P): Dibujante de cómics y arqueóloga… parece que tenía claro que no me quería forrar nunca.
Miguel (M): Hubo un fin de semana que quise ser periodista, pero he tenido tantas vocaciones que no podría enumerarlas todas.

[gdl_icon type=»icon-asterisk» color=»#222″ size=»18px»] ¿Y estudiasteis para hacerlo u os fuisteis por otra rama?
P: Estudié publicidad y después moda, intuía que los trabajos creativos eran mi camino, pero no fue hasta que hice el máster de diseño textil y de superficies cuando lo encontré realmente.
M: Empecé haciendo historia pero mientras hacía la carrera me di cuenta de que echaba de menos dibujar y trabajar con las manos, así que me cambié a diseño gráfico. Pero la verdad es que siempre me ha sido de gran ayuda lo que aprendí allí.

[gdl_icon type=»icon-asterisk» color=»#222″ size=»18px»] ¿Por cuántos tipos de curros habéis pasado hasta llegar aquí?
P: Prácticas a gogó pero curros, curros, tampoco tantos, en cuanto me diplomé comencé a trabajar en la escuela de diseño en la que había estudiado moda.
M: También muchas prácticas, en estudios varios, en una librería, de secretario. Cuando terminé diseño gráfico, entré a trabajar en la misma área del IED que Patricia.

[gdl_icon type=»icon-asterisk» color=»#222″ size=»18px»] ¿Ahora os dedicáis 100% al proyecto o hacéis otros trabajos aparte?
P: Sigo trabajando para el IED pero desde nuestro taller, lo que me permite compaginarlo con nuestra marca.
M: Hago trabajos freelance, sobre todo de editorial, también desde el taller.

[gdl_icon type=»icon-asterisk» color=»#222″ size=»18px»] Os encantaría tener como cliente a…
Uno tan generoso como nuestras madres.

[gdl_icon type=»icon-asterisk» color=»#222″ size=»18px»] ¿Llegáis a fin de mes?
P: Por suerte sí, pero haciendo malabares y compaginando ambos trabajos.
M: Buf, si Patricia hace malabares, yo soy equilibrista. Lo siguiente es montar un circo.

[gdl_icon type=»icon-asterisk» color=»#222″ size=»18px»] ¿Qué o a quién de Barcelona volarías por los aires?
Hay gente que no se merece siquiera el placer de ver el cielo.

«En Barcelona sobrevive una ciudad popular y chichinabesca de la que tenemos mucho que aprender»[gdl_icon type=»icon-asterisk» color=»#222″ size=»18px»]¿A qué artista resucitaríais?
A Peret, aunque seguramente no esté muerto, estará de parranda.

[gdl_icon type=»icon-asterisk» color=»#222″ size=»18px»] ¿Qué hay de chichinabo en Barcelona que os gustaría retratar?
Hemos sacado una colección de cuencos sobre “Las golondrinas”, el barquito que lleva más de un siglo haciendo el mismo recorrido. Pero en Barcelona sobrevive una ciudad popular y chichinabesca de la que tenemos mucho que aprender.

[gdl_icon type=»icon-asterisk» color=»#222″ size=»18px»] ¿Un consejo para nuevos autónomos de mierda?
Que, en cuanto puedan, contraten a un gestor. Ganarán años de vida.

[gdl_icon type=»icon-asterisk» color=»#222″ size=»18px»] Para rizar el rizo, si queréis, un mini poema sobre vuestra vida como autónomos.
La coplilla del autónomo
sus ocho sílabas tiene.
No llega a pagar la cuota
y no sabe si va o viene.
Cuando deja de correr
es que le falta el trabajo,
pero si quiere descansar,
entonces curra a destajo.

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