2marzo

2 de marzo de 1985

Akihito y Michiko, los príncipes del Japón, estuvieron en Barcelona visitando la Sagrada Familia. El acontecimiento fue tan importante que la televisión pública nipona retransmitió en directo el recorrido. Por supuesto, el president Pujol se encargó de recordar que Gaudí, Miró y Casals eran arquitectos universales y que precisamente en Japón era donde más los habían estudiado. La anécdota: la conversación entre los príncipes y los turistas japoneses, que ya abarrotaban los alrededores del templo volviendo locos a los vecinos del Eixample.

5 de marzo de 1985

Cuarta jornada de huelga en Correos. Hoy nos parece un empleo regulado y, dada la calidad del mercado, estable y hasta bien pagado. Pero eso sólo se consiguió con la lucha de sus trabajadores. En 1985 pedían un cambio de frecuencia en la libranza de los sábados, actualización salarial y estabilidad para los contratados. Les molestaron las declaraciones del director a TVE, que sí hablaba con la televisión pública pero negaba el diálogo con la plantilla. Querían mejorar los servicios y proponer algunos nuevos, porque la empresa estaba cargando el déficit sobre los empleados, algo que estimaban muy injusto, sobre todo si Correos no estaba haciendo nada por frenar la pérdida de clientes.

9marzo

9 de marzo de 1985

La huelga de Correos llegó a su fin en Madrid, pero no en Barcelona. A la sección sindical de la provincia no le pareció suficiente el acuerdo al que habían llegado la dirección y los sindicatos de la capital. Trabajadores de Barcelona se desplazaron a Madrid para seguir presionando. Podían, porque de una plantilla de más de 6.000 empleados, sólo 200 decidieron no seguir la huelga. En el preacuerdo firmado, Correos se comprometía a hacer seguimiento del trabajo en sábados para proponer medidas en abril, la revisión salarial en 1986 y la promesa de que, aunque trabajaran los sábados, el horario semanal no sería nunca superior a 37,5 horas.

14 de marzo de 1985

Pasqual Maragall, entonces alcalde de Barcelona, autorizó la ampliación del Camp Nou a cambio de que el club —que presidía Josep Lluís Núñez, actualmente en la cárcel por cohecho— ayudara en el proyecto olímpico. El trabajo sería conjunto en varios frentes: ampliar el estadio, poner en marcha un plan especial de ordenación de la zona donde se encuentran las instalaciones azulgrana, gestionar conjuntamente el nuevo Palacio de los Deportes y poner en marcha una campaña de divulgación del deporte olímpico en las escuelas. A Maragall lo habían votado los barceloneses, pero a Núñez no. Just saying.