5/10/1985 – La Vanguardia

Si la transparencia es un bien escaso, imaginaos en 1985. Y bajo el ala de Felipe González y Jordi Pujol. Los dos presidentes se reunieron en secreto para hablar de financiación autonómica, aunque no llegaron a acuerdos concretos. Lo que sí acordaron es que la forma de financiar a Catalunya la decidirían las Cortes mediante una ley, y no las comisiones Estado-Generalitat. Si en general todo lo hubieran decidido y, sobre todo, debatido las Cortes, otro gallo nos habría cantado. Al día siguiente, Pujol se reunió con los líderes de la oposición en el Parlament para crear un frente político común con el que plantarse en Madrid. Tenían ganas de dialogar porque el Gobierno central quería recortar los presupuestos de las autonomías.

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9/10/1985 – La Vanguardia

Con diálogo o sin él, Pujol se encargó de pintar como grave la situación de la financiación catalana en el Parlament. Lo definió así: “El sistema es malo en general y, concretamente, muy discriminatorio contra Catalunya. Podría decirse que crecientemente discriminatorio, por lo que muchos reconocen que la Generalitat no puede evitar el endeudamiento”. Ya preparaba el terreno para el déficit, a lo que añadió después, con cara de pena, que esperaba no tener también que acometer “una reconversión hospitalaria salvaje”.

31/10/1985 – El Periódico

En la historia de desavenencias entre Catalunya y el Estado, también hay un capítulo dedicado a las atracciones fantásticas. Disney estuvo a punto de instalarse en España, dudando entre varias localizaciones. En el 85, se reunió tanto con la Comisión para Asuntos Económicos del Gobierno central, como con el conseller de Comerç i Turisme de la Generalitat, que era entonces Francesc Sanuy. Según señalaba entonces El Periódico, “fuentes solventes” no descartaban que se le plantearan a la multinacional norteamericana “incentivos adicionales” para que se instalara en L’Ametlla de Mar.