La Barceloneta está contra el turismo low cost. Después de esas espectaculares imágenes de italianos en pelotas comprando un poquito más del alcohol -nunca es suficiente- en el barri como si tal cosa y de un verano calentito de protestas, reuniones con Trias -consiguieron poner fin a sus vacaciones antes de lo previsto, cual duros jefazos- y con Airbnb, el invierno parece estar enfriando el volcán en erupción. Pero nada más lejos de la realidad. El cabreo y las asambleas siguen. Hablamos con Oriol Casabella, presidente de la Asociación de Vecinos de la Barceloneta que, tras mucho desgaste, intenta desgranar las soluciones al follón turístico en el barrio con más mala leche de la Condal.

[gdl_icon type=»icon-home» color=»#83aebd» size=»20px»]¿Contra qué se queja exactamente la Barceloneta?

Contra el modelo turístico low cost de y borrachera y sobre todo contra los apartamentos turísticos que llevan a la especualación urbanística. Ojo, contra todos, tengan licencia o no. Para los turistas están los hoteles y los albergues. En los pisos de los vecinos no controla nadie el ruido o el incivismo y eso perjudica la salud de la gente. Ya hemos tenido a seis familias con bajas por depresión porque no pueden dormir. No vale hacer negocio con la salud de la gente.

La Barceloneta es un barrio con identidad propia. Siempre decimos que somos de la Barceloneta, ni españoles, ni catalanes, ni de Barcelona. Si Cataluña se independiza, al día siguiente se independiza la Barceloneta. El punto de especulación al que se ha llegado es muy bestia. Ya empezó con el hotel Wella y la marina de lujo. Hace tiempo que los planes del Ayuntamiento no van para mejorar la vida de la gente de la Barceloneta, que es gente de clase media-baja. Nos están rodeando, puerto por aquí, front maritim por allá… Nosotros queremos proteger las piedras para proteger a las personas.

[quote align=»left»]»El turismo parece la salvación, pero lo es sólo de unos pocos con dinero. Y nosotros somos los esclavos.»[gdl_icon type=»icon-home» color=»#83aebd» size=»20px»]¿Cuándo empezáis a sentiros olvidados?

Después de las olimpiadas. Ayudaron a remodelar el barrio pero no se tuvo en cuenta a la población con el turismo.

[gdl_icon type=»icon-home» color=»#83aebd» size=»20px»]¿No es una contradicción ir contra los vecinos que deciden alquilar sus casas para sacarse un sobresueldo?

Por una parte te puedo dar la razón, pero el problema son los abusos. Hay 70 apartamentos legales, y miles ilegales. La libertad es complicada. El problema llega también con Airbnb, que es ilegal, porque no se pueden alquilar habitaciones por separado sin ser pensión. El rollo ‘alquila tu casa para pagar la hipoteca’ significa que soluciones tú un problema que en realidad tiene que atajar el ayuntamiento. Los trabajadores somos los más perjudicados de la crisis y encima ¿tenemos que salir nosotros solos también? ¿Cómo evitas que haya especulación y alguien que tenga 5 o 6 pisos los alquile? En Airbnb aparecen 9000 viviendas en la Barceloneta. Sí queremos turismo familiar, pero de borrachera no.

[gdl_icon type=»icon-home» color=»#83aebd» size=»20px»]¿Cómo gestionar el turismo, que es un sector importante de la economía?

El dicursín de ‘el turismo da dinero’… ¿a quién? ¿a salud de quien? ‘Genera trabajo’. Sí, precario. Porque el curro del turismo es en restauración, con contratos temporales, los peores horarios y los peor pagados. Trabajas 6 meses y luego puerta. Nosotros queremos turismo de calidad. Hemos pasado de la especulación inmobiliaria, que además jodía el medio ambiente, al turismo que jode a la gente que vive en los puntos turísticos. El turismo parece la salvación, pero lo es sólo de unos pocos con dinero. Y nosotros somos los esclavos. No es un industria de trabajo de calidad.

[gdl_icon type=»icon-home» color=»#83aebd» size=»20px»]¿Cómo ha ido todo con Airbnb?

Aterrizaron en Barceloneta como una plaga. Vinieron con un equipazo que iba piso por piso preguntando ‘¿te interesa, te interesa? Alquila tu habitación…». Comiendo la olla. Los trincamos por banda y nos reunimos con ellos. Contestaron entonces, cuando no había nada en los medios, ahora están al giñe. Después de esa reunión dejaron de echar folletos por todas partes. Esa primera reunión fue un follón: 100 personas y uno de Airbnb defendiendo su idea. Lo teníamos calao y le dijimos ‘anda tira’. El pobre no salió a palos de milagro. Dijeron que no harían más bustiada -porque era muy bestia-. Claro, Airbnb te lo pintan todo muy guay y nosotros les contestamos que lo que hacían era ilegal.