¿Alguna vez se te ha quedado cara de paleto al entrar en un pub británico y pasar por el toma y daca típico del “¿Qué te pongo?”, “Una cerveza”, “¿De qué tipo?”, “Cuántas tienes?”, “Millones”? Sí, definitivamente Brits know their beer, mate. En nuestro país, por el contrario, la conversación típica con un camarero vendría a ser “¿Qué te pongo?”, “Una cerveza. ¿Cuál tienes?”, “Esta marca y sólo esta marca”, “¿Y si quiero otra?”, “Pues te jodes”. Para empeorar la cosa, esa “marca” siempre va a ser una cerveza de producción industrial. Así son las cosas, y así os las hemos contado.

Por suerte, de un tiempo a esta parte parece que todo esto está cambiando: la expresión “cerveza artesana” (“craft beer” si te pones internacional) se ha introducido en nuestro lenguaje social e incluso en la intimidad de nuestras casas. En Barcelona, cada vez son más los locales en los que puedes elegir entre una amplia variedad de marcas de cerveza artesana, y lo mejor de todo es que muchas de ellas son de producción puramente barcelonesa (o cercanías).

Barcelona Beer Company, Balate, Edge Brewing, Fort, Guineu, Holzbräu, Glops, Birra 08, Mas Malta, Capfoguer, R-115, Catalan Brewery, Ratpenat, Dimoni Beer Factory… La cantidad de nuevas cerveceras que se han sumado al movimiento crafty empieza a ser legión. Y la cantidad de locales que han descubierto el filón en la Ciudad Condal se va haciendo cada vez más extensa: BierCab, Homo Sibaris, La Resistència, Ale&Hop o Kaelderkold, además de clasicazos imperecederos como La Cerveteca vienen a certificar que esto es mucho más que la locura de cuatro matados. Con todo lo bueno y con todo lo malo que eso implica.

¿Tendencia firme o hipsteria colectiva? Sólo hay una forma de comprobarlo y formarte una opinión al respecto: salir a la calle y probar todas estas cervezas como si no hubiera un mañana¿Lo bueno? Que la cerveza artesana ha llegado para quedarse. Aunque tampoco nos embalemos, porque por ahora esto es más una “escenita” que una “escena” propiamente dicha. Así lo certifica Oriol Renart de Barcelona Beer Company: “En países como Estados Unidos, la cerveza artesana ya representa el 14% del mercado. Aquí no llegamos ni al 0,1%. Nos queda todo el recorrido por hacer. Lo mejor del movimiento de la cerveza artesana es que lo está liderando el consumidor. La gente empieza a estar harta de tomar siempre lo mismo”.

¿Lo malo? Que, con el advenimiento de todo hype, siempre se cuela mucha tontada. En el caso de la cerveza artesana, tendríamos desde la habitual mamarrachería hipster, capaz de encumbrar cualquier brebaje imbebible si este lleva etiquetas de km.0, hasta el sentimiento “catalanet” de consumir productos “de la terra” por mucho que su estándar de calidad sea bajísimo. Héctor Rodríguez García de Balate ofrece una visión muy interesante a este respecto: “La cerveza artesana se encuentra en un eslabón muy incipiente, y a cualquier cosa se le llama cerveza artesana. Por ello nos encontramos con gente que se niega a volver a probar una cerveza artesana: porque ha tenido una mala experiencia. Estamos hablando de que cualquiera con un poco de ganas de aprender y de experimentar puede hacer cerveza en su casa. Eso está muy bien y es súper enriquecedor para elevar el nivel de cultura cervecera en general, pero la gente se lo debería pensar dos veces antes de llamar a algo cerveza artesana cuando más bien debería hablar de cerveza casera. Ser maestro cervecero es en otros países una carrera de cuatro años más prácticas. Además, para hacer cerveza como Dios manda, estaríamos hablando de inversiones importantes que no se están haciendo. En Barcelona no encontramos este estándar de calidad”.

La verdad está ahí fuera: la nueva fiebre cervecera en Barcelona, ¿artesana o casera? ¿Realidad o mito? ¿Tendencia firme o hipsteria colectiva? Sólo hay una forma de comprobarlo y formarte una opinión al respecto: salir a la calle y probar todas estas cervezas como si no hubiera un mañana. Y no se me ocurre mejor lema para este experimento empírico que el que enarbola Renart de Barcelona Beer Company: “La cerveza artesana es cerveza. La cerveza industrial es un refresco con alcohol”.