Cafetería: Cafè Bar Cèntric (Carrer de les Ramelleres, 27)

Durante las fiestas de Navidad tuve que dedicar un día a pasearme por las tiendas para comprar algún que otro regalo. Por suerte, en mi familia solo celebramos el día de Reyes, así que iba a tiro fijo a por unos pocos. Iba a pisar, sí o sí, el centro de Barcelona. Me lo monté de tal manera que fuera entre semana y en un horario tranquilo, sin muchas aglomeraciones. ¡Lo conseguí! Liquidé el tema lo más rápido posible y a eso de las 3 de la tarde decidí entrar en un bar-restaurante del cual siempre había huido porque está en medio de la calle Tallers y siempre, siempre lo veo lleno. Esta vez estaba parcialmente vacío. Es un bar que hace esquina con la calle Ramelleres: antiguo, restaurado con un gusto que mantiene el estilo que debía tener cuando lo pensaron, con una barra grande y pequeñas mesas circulares. Íbamos dos. Nos atendieron perfectamente, comimos de fábula, me tomé un gin-tonic y para rematar un café solo. Me fijé al entrar que su proveedor no era de mala calidad, pero claro, no todo es el producto, sino también cómo se prepara. Me supo a gloria, a la cerecita para cerrar la velada, suave e intenso. Regresé satisfecha a casa por haber terminado este periplo tres días antes de la noche de Reyes y con un buen café en el cuerpo.


Puntuación: 8 (sobre 10)

Puntuación ambiente sobre 10: 8. Fuimos en un momento tranquilo, se podía hablar y, por el frío que hacía en el exterior, era muy agradable estar dentro.

Puntuación calidad precio sobre 10: 7. No recuerdo exactamente el precio del café. Dado lo que se puede llegar a encontrar en el centro de esta ciudad, sin ser pretencioso y moderno, es de lo mejor que hay. Volvería.


Pros: Ambiente agradable, el lugar conserva el estilo, como si no se hubiera movido mucho el tiempo, y el servicio fue muy agradable. Además la carta para comer es muy variada, se sale de lo típico para extranjeros y no es excesivamente cara para calidad que sirven.

Contras: Quizá es un poco angosto e incómodo. Se trata de un bar pequeño con una distribución peculiar y mesas diminutas. Fuimos a una hora tranquila y aun así hubo que hacer algo de tetris para poder estar bien sin que nada cayera al suelo, aunque no dejaría de volver a ir por esto.


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