Arranca un nuevo festival, muy bien encajadito en septiembre, perfecto para la vuelta de vuestras vacaciones. El Lychee Film Festival es una muestra del cine chino actual de lo más dispar. Del 15 al 22, las proyecciones serán en el cine Texas, aunque la gala inaugural será en el Phenomena y la clausura en la Filmoteca. La programación se divide en tres secciones, un homenaje al Soft Kung Fu, la sección oficial y una selección de cortos que se proyectarán en la casa Batlló. En vez de remenear la web, podéis depositar vuestra confianza en este escribano, que os lanza tres propuestas:

Kung Fu Hustle. Dirigida por Stephen Chow (algunos de vosotros aún tendréis el CD pirata de su extravagancia Shaolin Soccer por algún cajón). Kung Fu Hustle es la película más taquillera de la historia de China. Estrenada en 2004 y enmarcada en el género Wu Xia (historias de caballeros con poderes sobrenaturales que van impartiendo justicia allá donde caen, así a pelo), la película es una perfecta mezcla entre una parodia yanki de género, con sus guiños a El Resplandor o Los Intocables, con la mejor tradición de artes marciales chinas.


China’s Van Goghs. Este documental se adentra en un pequeño pueblito de China, Dafen, donde todos los habitantes viven de la reproducción de obras de artistas famosos, organizados en pequeñas familias, cada uno especializado en un pintor. Xiaoyong Zhao reproduce diariamente cuadros de Van Gogh que luego se venden en Amsterdam, en busca de la perfección, pero también de una identidad propia. ¿De “El sol del membrillo” a la china posmaoísta…? Comprobadlo vosotros mismos.


Chongqing Hot Pot. Puro género de atracos con facturaza china, con un argumento que parece la inversión de la comedia de Woody Allen, Granujas de medio pelo. Unos chavales quieren ampliar el restaurante subterráneo cuando se encuentran con la caja fuerte del banco contiguo.