Es octubre uno de los meses más cargaditos del año, así que en la columna de este mes solo va a haber remates a puerta. Primer chut, volea por la escuadra y gol: la 51ª edición del Festival de Sitges. Del 4 al 14 de octubre tenéis la misión de acercaros, con el tren chuchú o por las curvas del Garraf, a la ciudad costera. La oferta es abrumadora pero desde aquí os dirigimos a ver las película AU POSTE! del siempre absurdo Quentin Dupiex (recordemos que tiene el honor de haber dirigido una película protagonizada por un neumático de coche). Burning del delicado y sutil Lee Chang-Dong, The House that Jack Built, la incursión en el terror del revoltoso Lars Von Trier y Suspiria, el remake de Guadagnino (Call me by your name) del clásico italiano de terror de Darío Argento. Además, y esto mis lectores, lo digo todos los años, lo mejor del Festival es la maratón-ciega de 5 películas del último día, arrancando a las 9.30 de la mañana, hasta que tus pupilas aguanten.



Segundo chut, rasa y al palo, otro gol. Del 25 de octubre al 4 de noviembre regresa el In-Edit, el festival de cine más concurrido de Barcelona, proyectándose exclusivamente en los Aribau multicines (réquiem por los recién cerrados Aribau Club). Dedicado al género del documental musical, la programación es también de traca, y la ración de mitomanía siempre está servida: Elvis, Peret, George Michael, Lynyrd Skynyrd, Grace Jones… De la sección oficial, que suele contener las piezas más arties, nos decantamos por Matangi/Maya/M.I.A, sobre la aguerrida M.I.A.; I Used to Be Normal: A Boyband Fangirl Story, una comedia documental australiana sobre el fenómeno de las boybands; y para los que queréis sacar nota, Beautiful Things, la propuesta más experimental y estética del festival, que ronda simbólicamente por la soledad y el consumismo de nuestra sociedad.