En un nuevo intento por controlar el Raval, la Guàrdia Urbana ha abierto una nueva comisaría. Hay 440 agentes destinados a Ciutat Vella y respecto a 2019, han conseguido que los robos violentos en la calle bajen un 5,9 %. Aunque aún hay más de 1.000 personas viviendo en la calle, Barcelona destinará 7,6 millones de euros de los fondos europeos a alojar en casas a 175 de ellas. En otras ironías de la vida, la ronda Sant Antoni, que llevaba 15 años pacificada, volverá a tener tráfico en la ciudad de las superillas. Pero no olvidemos que también es la ciudad de las terrazas: 35.000 mesas repartidas por los barrios y concentradas en puntos que son ya conflicto, como Enric Granados o Blai. Para conflicto el de la Casa Orsola: primero, la compró un fondo de inversión que quería convertir los pisos en alquileres de temporada a precios altísimos; y ahora ese fondo quiere denunciar a Colau por prevaricación, difamación, amenazas y coacciones. Las Putas Indignadas del Raval se manifestaron el martes contra la nueva ley y quieren que antes de nada se despenalice su trabajo. Y un poco de cotilleo económico para acabar: el concierto más caro de los contratados por el área metropolitana este año fue el de Índia Martínez en Martorell, que costó 67.760 pavazos. El más barato fue el de OBK en Sant Feliu, que salió por unos modestos 7.018 €. Si sabes qué grupo es, tienes más de 30 y has nacido en la península; lo llevas tatuadito en la frente.

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