¿Cómo analizar la actualidad del Born en estas fechas tan señaladas sin mencionar EL TEMA? ¿Cómo hablar sobre asuntos cotidianos del barrio pasando por alto que tenemos aquí el epicentro histórico de la identidad nacional? ¿Cómo escribir sobre este rincón tan catalanísimo del mundo sin hacer referencia a ese referéndum del que usted me habla? Siendo esta una publicación mensual es difícil comentar la actualidad sin quedar desfasado, pero al mismo tiempo es imposible ignorar el torrente de noticias de las últimas semanas. Cuando leas esta columna sabrás cosas que yo no he sabido en el momento de escribirla. Ahora mismo no sé si se ha votado, si no, si ha salido el sí o el no, o si finalmente nos hemos puesto todos de acuerdo en establecer una monarquía federal pseudoanarquista en forma de simulación de república grande y libre por la gracia de Dios.

Pero la cuestión nacional no deja de ser una versión a gran escala de pequeños gestos de soberanía cotidianos de los que apenas somos conscientes pero que, bien aplicados, pueden ayudarnos tanto o más que el gobierno de turno (que también importa, y mucho).

Da la impresión de que nos encontramos ante la mayor decisión de nuestra historia, de que estamos eligiendo entre el bien y el mal, entre la vida y la muerte. Pero la cuestión nacional no deja de ser una versión a gran escala de pequeños gestos de soberanía cotidianos de los que apenas somos conscientes pero que, bien aplicados, pueden ayudarnos tanto o más que el gobierno de turno (que también importa, y mucho). Ejerces la soberanía cuando eliges conscientemente qué consumir y qué no, cuando apuestas por la cultura o el periodismo independiente, cuando decides libremente sobre tu propio cuerpo o cuando escoges en qué quieres trabajar y bajo qué condiciones. Por desgracia no es tan fácil como debería ser.

No sé si con una Catalunya independiente estaremos cerca de alcanzar la plena soberanía —en España ya sé que no—, pero podemos aprovechar lo que tenemos más a mano para ir avanzando poco a poco. Por ejemplo, con el tema de consumo, en este barrio tenemos algunos de los comercios a granel más antiguos de la ciudad. No hay grandes supermercados, pero tenemos varias tiendas de alimentación ecológica y de comercio justo donde elegir. No encontrarás aquí un Zara, un H&M o un Springfield, pero las calles están llenas de pequeñas tiendas de moda de diseño y producción local. Y, por supuesto, tenemos las mismas opciones de consumo responsable (o más) que en otros lugares: cooperativas de energía, comunicaciones, transporte, crédito, banca, etc.

Y la cosa no queda ahí. En el carrer Princesa, la cooperativa de arquitectos LaCol está reformando un edificio para la cooperativa de usuarios y viviendas Sostre Cívic. Durante la pasada Diada, la plaça Comercial fue el escenario elegido para los actos de la izquierda independentista, al igual que otros años lo ha sido el passeig del Born. Estos días el Centre de Cultura i Memòria acoge la exposición “Born reivindicat”, un recorrido por 30 años de luchas vecinales y mítines políticos que nos recuerda el espíritu combativo del barrio.

¿Catalunya ha dejado de depender de España? ¿Siguen Rajoy y compañía gobernando por aquí? En ambos casos habrá que seguir luchando por la soberanía en nuestro día a día, y el Born es un buen lugar donde empezar.