Con la cita de Anise Koltz que da título al libro, «Béni soit la serpent qui m’apprit la désobéissance» («Bendita sea la serpiente que me enseñó la desobediencia»), Sònia Moll comienza una recopilación de artículos que aparecieron en La Directa entre 2015 y 2018: artículos breves y desenfadados que hablan de la vida de una mujer en la sociedad contemporánea.
Las aspiraciones, los miedos y las disyuntivas de un feminismo que se cuestiona a sí mismo, atento al margen de error, se muestran en situaciones cotidianas que ponen de manifiesto las violencias sutiles –y no tan sutiles: claras, desgarradoras, mordaces– que sufre una mujer al salir del metro cuando un hombre camina tras ella. Alerta, en tensión, se tranquiliza cuando el hombre en cuestión cambia de acera y camina alejándose. Y luego, al llegar al portal, entra justo después de un vecino al que asusta, sin querer, antes de cerrar la puerta. Y resulta que aquel vecino es el hombre que ella pensaba que la seguía, que la amenazaba. Pero no, es un vecino, y un buen vecino, además, que había cambiado de acera precisamente para no asustarla. Entonces, ¿por qué este miedo? ¿Por qué sentirse aliviada, por qué casi tener que pedir disculpas por esta desconfianza? Sònia Moll relata estos temores cotidianos e interiorizados con maestría, temores desconocidos para casi todos los hombres, y así nos enseña, y así aprendemos.
Pero también nos habla de lesbianas feministas que se comportan como machos alfa, y de lesbianas extranjeras que tienen que esconderse porque las tratan como animales de feria. Y también nos habla de su padre nonagenario, y de su madre con Alzheimer, y de cómo encontrar un lugar en la sociedad cuando todo está desdibujándose. Beneïda sigui la serp es un testimonio ineludible de la complejidad de la mujer actual.
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