Entrevistamos a Javi G. Roche: boxeador, emprendedor, pero sobre todo el indiscutible Rey de la chatarra. Desde hace unos meses se ha vuelto famoso gracias a sus videos de peleas callejeras y su gimnasio de boxeo semiclandestino: el Chatarras Palace (de aquí en adelante, C.P.), situado en el barrio de El Bon Pastor, lindando con la barriada de Las Casas Baratas y visto por muchos como la versión española del Fight Club.

Pocos saben que en realidad se trata de un gimnasio gratuito para los chicos del barrio, y aún menos se sabe sobre su creador. Hemos ido a conocerle, acompañándole un lunes cualquiera, durante una mañana de entreno en el C.P. y luego en su despacho en la chatarrería.

¿Cuándo nació el C.P.? ¿De qué surgió la idea?

Yo, para mi diversión, cogía a amigos míos y chicos que trabajaban para mí y les pagaba para pelear: “Oye, tú, si ganas a ese cobras este dinero. Estáis trabajando para mí, yo lo voy a grabar, es mi diversión propia”. Sin obligación ni nada, porque sabían pelear, eran luchadores. Qué pasa, que luego empiezo a encontrarme con chavales que sí que quieren pelear, pero ¡por necesidad! Porque no tienen para comer, no tienen curro… Entonces allí me doy cuenta de que estoy abusando de ellos, y digo no voy a haceros pelear, pero os voy a ayudar igualmente. Y así es como monté el gimnasio, en el 2012.

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¿Qué significa el C.P. para ti?

Para mí es un acto de buena fe, hacia mí y hacia los chavales. Los chicos vienen, entrenan fuerte y se mantienen despejados con el deporte. Yo me he drogado mucho, muchísimo y… he dejado pasar muchos trenes en mi vida por las drogas, pues hay que darles herramientas a los chicos para que no les pase lo mismo.

¿Cómo funciona el C.P.? ¿Quiénes son los chicos que vienen a entrenar?

Pues mira, es gratis y puede venir todo el mundo. Regulares hay unos 30, la mayoría son chicos del barrio. También vienen un par de chicas y hasta hay un padre joven con su niño pequeño. Pero sobre todo hay chavales que necesitan alejarse de la calle y de la droga, como el Enric, yo le pago 10€ cada vez que viene a entrenar, y así se mantiene limpio, en vez de tanto caballo por allí suelto…

¿A algunos de ellos les conoces bien?

Claro, a muchos. Como el Dani. Yo le tengo mucho cariño, pero él tiene el factor X, tío. Le gusta la vida chabolista y gitana. Yo le digo, tío, cambia la rueda… No tienes que vivir así. Sal de este puto barrio de mierda. Va y me dice: “Yo me quiero ir a Madrid, me voy a separar de vosotros”. A nosotros ¡que nos den por el culo! Vete a Madrid, que el mundo no se acaba en el barrio. Luego están Amar y el Manu, a ellos les pago las clases de boxeo en el gimnasio Prada. No fallan nunca. Ellos van a ser buenos luchadores, la constancia les hará ser los mejores. Yo soy un luchador profesional, me he tirado años entrenando y al principio era más malo que la hostia, y ¡mira ahora! Entonces ellos también pueden.

¿Por qué crees que os habéis hecho tan famosos, tu y el C.P.?

Mira… ¡con los perros me gano a las mujeres, con el antidroga me gano a los padres y con las peleas y el antipolicía me gano a los chicos! Son tres palos que le gustan a la gente, ¡y que me gustan a mí!

¿Por qué el boxeo y por qué es tan importante para ti?

El boxeo me sacó de la calle y de las drogas. Yo era una persona muy insegura, me peleaba por la calle, con bandas, todas las veces que podía. Un día me apunté en un gimnasio de boxeo, pa pelear más, pero allí conocí a un entrenador que me transmitió muy buenos valores. Todo lo que no me enseñaron en el cole, lo aprendí en el gimnasio. Espero que el C.P. tenga el mismo efecto con los chicos.

Aparte del boxeo, ¿qué es lo que te hizo convertirte en la persona que eres ahora?

Mis padres. Yo he tenido unos padres de Óscar, que han tenido mil problemas conmigo y mis hermanos, pero nunca se rindieron, son como luchadores. No hace falta llevar guantes de boxeo, son luchadores de la vida.

¿Qué haces para relajarte, cuando te ves cargado?

Antes iba al gimnasio, ahora ya no me relaja tanto. Entonces cojo y me voy al parque, con mis niños (Javi acaricia a Buñuelo, un robusto y soñoliento pitbull marrón). Tengo ocho, con ellos es cuando mejor estoy.

¿Y para animarte?

Me paro en la gasolinera a comprar guarradas. Unas chucherías, una buena Coca-Cola con mucho hielo… ¡Es lo mejor!

Si pudieras hacer una y una sola pregunta mágica a quienquiera, y todo el mundo tuviera que contestarte sinceramente, ¿cuál sería?

Si eres envidioso, eso es lo que preguntaría. En este mundo hay mucha mierda, pero no hay nada peor que la envidia. Si pudiera saber con antelación quién es envidioso, ¡sería todo un puntazo!

¿Cuál ha sido el último regalo que has hecho y de que te sientes orgulloso?

Por el día de la madre, me llevé a la mía a una granja escuela, sabes, de estas que son como un santuario para los animales. Nada, algo sencillo, pero cuando volvió a casa me mandó un mensaje diciéndome que estaba muy contenta y que le había hecho mucha ilusión.

¿Que no te quiten…?

A mis perros, a mi mujer y a mi familia. Es todo lo que tengo. Ah, y lo bailao… eso tampoco quiero que me lo quiten.

¿Tienes un plan B?

No. Tengo la seguridad de que si sigo haciendo bien las cosas, nunca me faltará nada en la vida.

¿Y ahora qué? ¿Qué es lo siguiente?

(Javi mira el reloj) Ir a comer.

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Los nombres de las personas citadas por el entrevistado se han cambiado por nombres ficticios para proteger su identidad.