Mas no sabía nada. Nada de nada. No supo que Jordi Pujol ocultaba dinero en Andorra hasta el mismo momento en que lo confesó a los catalanes. Nada del caso ITV, ni del Palau de la Música. Todo se hizo a las espaldas del héroe al que los mezquinos traicionaron mientras llevaba a cabo sus nobles planes. Cómo son las familias.

Que Mas no supiera nada no sabemos si es mejor o peor. Quizá alguien tan inocente no vale para el puesto o quizá nos engaña. Pero no es lo único que sucede a nuestras espaldas. La Directa revela hoy que los policías que torturaron a Yuri Jardine y que fueron clave en la condena de los acusados del 4F, han vuelto a pedir el indulto y su reincorporación a la Guardia Urbana.

Quieren conmutar la pena porque no llegan a fin de mes y uno de los agentes, Bakari Samyang, alega que no puede pagar la hipoteca. Pero de la jubilaciones vitalicias de 1.600 y 1.800 euros que recibe cada uno de ellos al mes por incapacidad laboral nadie ha dicho nada. ¿Qué tiene Samyang, un palacete en Pedralbes? Otro de los argumentos de sus abogados es que el Ajuntament no los suspendió de empleo y sueldo cuando fueron imputados, prueba suficiente del reconocimiento que les profesaban sus compañeros y superiores. ¿Saben qué? Que no sabemos si es verdad, si más bien fue porque el Ajuntament tuvo miedo de que abrieran el pico o porque si se ponía a suspender a agentes torturadores se quedaba sin fuerzas de seguridad. No lo sabemos porque no hay transparencia.

Lo que sí sabemos es que hay una sentencia que los condena por malos tratos. Pero eso no parece ser importante para la larga lista de apoyos con los que cuenta el escrito que han presentado para solicitar el indulto por segunda vez. Tomen nota de las personalidades: Xavier García Albiol, alcalde de Badalona (PP), Elena Morales, consellera del PSC en Sant Andreu o Juan Carlos Ramos, regidor de deportes en San Adrià, también por el PSC. Tampoco faltan entidades: la parroquia de San Isidro de Barcelona o la de Santa Maria de Castelldefels, el obispado de Sant Feliu de Llobregat o la FAV de Badalona. Pero atentos, que no se queda fuera la sección sindical de CCOO del Ajuntament de Barcelona. Y un largo etcétera.

Como si los torturadores fueran, a pesar de todo, de la familia.