Siempre es agradable encontrarse con nuevo material de Nacho García, autor de Pulir y colaborador en incontables fanzines y revistas. No es que sus colaboraciones no se puedan contar, sino que, ahora, básicamente, no me apetece nada ponerme a contarlas. Esta vez el tipo nos alegra la vida con The Art of Representation, editado por la queridísima editorial Fosfatina, un compendio de 302 ideas, 302 viñetas, 302 interpretaciones de la realidad. Una palmera, una lengua, un cigarrillo, un castillo, una radio, lo que sea. Nacho nos propone un concepto y él lo representa a su manera, con incómodas líneas rectas y trazo demencial. El ejercicio parece no tener ningún tipo de sentido pero cuando nos topamos con la representación de la idea de, por ejemplo, “el símbolo”, es cuando todo el aparato se revela como un ejercicio enfermizo, pues la relación entre significado y significante empieza a dar la vuelta y a generar auténticas encrucijadas mentales.

Pero este no es el tema, yo quiero hablaros de Nacho. Hace tiempo le hice una entrevista en un medio digital y a partir de ahí empezamos a coincidir en sitios. Fue él quien apareció una vez en Madrid en la presentación de un fanzine que hice y luego me llevó a ver el maravilloso espectáculo de tristeza que es Cortylandia. Luego nos volvimos a ver en el Gutter, luego otra vez en Madrid, y estoy seguro de que coincidiremos en muchos otros lugares y momentos. Este cómic funciona de la misma forma a la hora de hacernos una idea de quién es el propio Nacho, un tipo que, a través de sus libros, cómics y música, nos ha ido proponiendo una representación de él mismo, modulada, alterada. En verdad, la única forma de conocerlo es acercándose a él, de la misma forma que el arte de la representación solamente tiene sentido si conocemos y valoramos el referente real. Cuando prescindimos de este, es cuando nos la cuelan, y es con estas 302 representaciones que Nacho nos la cuela, deformando a su antojo la realidad y, en definitiva, su persona.