losdosamigosHacía tiempo que estaba esperando esto. No me refiero a esta edición, sino a descubrir un Magán más narrativo y menos empeñado en generar espasmos estéticos. Está claro que el tipo no ha tirado a la basura todo lo que ha hecho anteriormente, en Los dos amigos también encontramos una fuerte importancia de lo formal, pero esta vez se nos narra claramente una historia que no juega de forma tan evidente a la extrañeza y con despiste. Pese a la frialdad y síntesis de los diálogos, nos encontramos con personajes humanos con los que nos podemos sentir identificados.

Tanto el formato de las viñetas como el hecho de utilizar dos tintas cuadran perfectamente con la historia y la tesis que Magán nos plantea: la separación de dos amigos o el descubrimiento de haber dejado atrás una parte importante de uno mismo; en todo caso es la idea de desprenderse de algo importante y de la superación de este trauma a partir de olvidar, aceptar y entender los recuerdos. También hay una eterna dualidad entre lo racional y lo espiritual, entre la civilización y la naturaleza. Las líneas rectas se contraponen a las formas orgánicas indicando que no solamente existe una realidad absoluta. Existe el presente, el pasado, el aquí y el más allá.

Pese a esta profundidad conceptual me alegra ver cómo este Andrés de ahora ha tendido la mano hacia sus propios orígenes y ha rescatado esa idea de personajes que miran directamente al lector y dialogan con él, de cuando tanto sus dibujos como sus historias estaban más emparentadas con autores como Peter Bagge, Daniel Clowes o Julie Doucet.

Este cómic impreso en risografía es el sexto y último volumen de la primera etapa de la colección Fosfatina 2000, editada bimensualmente por la editorial Fosfatina.