Joder, voy a seros totalmente sincero: me encanta que me la chupen en la ducha. Hey, que es broma, quiero decir, me gusta que me hagan eso, pero este no es sitio para hablar sobre el tema, ¿no? Esto solamente era un truquito para llamar un poco vuestra atención. En fin, volvamos a empezar si os parece, ¿vale? (Hoy estamos un poco tontos.)

Joder, voy a seros totalmente sincero: me encanta cómo dibuja Conxita Herrero y me gustan mucho las historias que cuenta. Pero cuando mejor me lo paso es cuando se suelta totalmente y dilata al máximo ese filtro mental de vergüenza, pudor y autocrítica que tenemos las personas humanas y se dedica, simplemente, a vaciar su cerebro sobre varios DINA4 doblados. Su mejor momento es siempre cuando combina ambas técnicas —tiras cómicas + ensayo autobiográfico—, como en Una Cuestión Menor, pero joder, la soltura que logra transmitir con sus dos últimos fanzines, Moments Of Sufficient Lucidity y Taritas, es fascinante, una especie de stream of consciousness destartalado y glorioso.

De entre los dos fanzines que acaba de editar he decidido escoger el Moments Of Sufficient Lucidity porque creo que en su conjunto es más coherente con la idea básica que quieren transmitir ambos, eso de la consciencia del yo y el ahora y el aquí y el por este motivo. El fanzine es una oda al momento presente y a las posibilidades de cualquier cosa. Empieza con un rotulador lleno de tinta y termina cuando este deja de pintar. Es un viaje en directo a través de la creación y de la mente de una persona, una ventana a sus pensamientos y a su forma de organizarlos.

En definitiva, un ejemplo maestro de cómo debería ser un fanzine. Los de BCN Més me dicen que estoy llegando al límite de palabras permitidas para esta reseña así que, joder, voy a dejarlo aquí, como si mi rotulador también se hubiera acabado.