Me encanta cuando un grupo de música se anima a acompañar el lanzamiento de un disco con un fanzine o con algún otro tipo de complemento. Me recuerda a esa época en la que iba a conciertos de punk en el Rock’n’trini o en el casal de Roquetes y, aparte del concierto, había varias distribuidoras de discos y fanzines en la sala. Ahí todo el mundo hacía algo, unos hacían fotos, otros programas de radio, algunos editaban discos y otros hacían fanzines; de algún modo todas estas cosas iban muy de la mano.

Recuerdo también esos infinitos inserts que iban dentro de los álbumes o singles, con las letras de las canciones pero también con textos relacionados con el disco e ilustraciones y cómics. Llevarte uno de esos siete pulgadas a casa era como un pequeño tesoro, un mundo en el que te podías sumergir para desaparecer un rato de Barcelona y vivir un poco más cerca de toda esa gente que había hecho posible la existencia de ese objeto que tenías en la mano, ya fueran de Florida, de Umeå o de Toledo.

 

Llevarte uno de esos siete pulgadas a casa era como un pequeño tesoro, un mundo en el que te podías sumergir para desaparecer un rato.

Por eso me encanta ver como aún hay grupos que siguen haciendo cosas parecidas. Son grupos que proponen un mismo mundo en varios formatos, soportes que, además, se complementan a la perfección a nivel ético y moral, pues tanto los sellos de punk (el disco ha sido editado por BCore) como los fanzines forman parte de ese circuito en el que aún se cree en eso de hacer las cosas uno mismo y a pequeña escala, con los pocos medios de los que se disponen, aspirando a una localidad infinita.

Este fanzine contiene un cómic escrito y dibujado por uno de los Power Burkas, una historia sobre el tedio y el malestar que generan las horas que malgastamos en nuestros trabajos de mierda. No es brillante pero su mera existencia me hace completamente feliz, y eso es un gran punto a favor para los Burkas.

Más sobre los autores: powerburkas.bandcamp.com

Para escuchar la canción: bcoredisc.bandcamp.com/track/moribunda-au-terrestre