El verano pasado, el Ajuntament ya se lanzó en contra de que los barceloneses alquilaran sus casas a turistas por Airbnb, porque no pagaban impuestos. La solución que ofrecía era la de obtener una licencia turística, que no era muy caro, la verdad. Ahora bien, valía sólo si ibas a alquilar tu casa entera y tú no ibas a estar allí, porque si lo que querías era alquilar una habitación, entonces tenías que hacerte pensión. Y eso ya es mucho más caro.

Adivina, adivinanza: ¿quién ha suspendido las licencias turísticas para, casualidades de la vida, los próximos seis meses, los de mayor afluencia de turistas a Barcelona? Eureka! El Ajuntament. Si no vives en Eixample, Gràcia, Vila Olímpica, Poblenou, Poble Sec o Ciutat Vella -donde ya se suspendieron en 2010- todavía puedes. El motivo es que las licencias se han disparado, de algo más de 2.300 en 2010 a casi 7.500 en 2014, sin contar los apartamentos que funcionan como turísticos ilegalmente. Y claro, això es mucha pasta.

Lo que se había convertido en una solución para muchas personas apuradas por la crisis, ha dejado de serlo. Como antes el trabajo. A Barcelona llegan cientos de miles de turistas cada año, pero la tajada del pastel no es para repartir. El PP está muy contento con ahogar de nuevo a los barceloneses que van buscando legalmente cómo sacarse las castañas del fuego, porque la propuesta fue suya, en el pleno de diciembre.

Para prohibir las licencias, el gobierno de la ciutat aduce problemas de convivencia entre turistas y vecinos. Y ellos no van a permitir que se hunda la convivencia. Esta frase no es mía, es de Alberto Fernández Díaz, presidente del grupo municipal del PP. Todos sabemos que los turistas sólo traen problemas. Pero de las restricciones que el Plan de Usos de Ciutat Vella imponía al sector turístico y que CiU y PP consiguieron suspender, mejor no hablamos. Que eso no crea ningún problema.

Si alguien quiere alquilar su casa a turistas, seguirá haciéndolo. Con licencia o sin ella. Como quien trabaja en negro porque no puede acceder a un contrato. Todos nos sentimos mejor legalmente, pero si llegar a fin de mes depende del guiri que viene, lo haremos en B. Que, dicho sea de paso, de eso CiU y PP también saben.