2/11/1977 – La Vanguardia


La policía gubernativa —no olviden que acabamos de salir de la dictadura— cerraba Las Ramblas al tráfico por temor a lo que La Vanguardia llamó “posibilidad de que grupos terroristas volvieran a incidir en su actitud”. Realmente, en esas fechas, las manifestaciones las protagonizaban CNT y el precedente del Orgullo Gay. El corte producía atascos más que majos en Pelai, pero el periódico se esmeraba en felicitar a la guardia urbana que “tiene ya experiencia en esta cuestión, dado que, desgraciadamente, la violencia callejera en las Ramblas viene repitiéndose en los últimos tiempos”. Los Godó siempre listos para arrimarse al sol que más calienta.

 


22/11/1978 – La Vanguardia


Solo un año después se encontraron dos artefactos explosivos, uno de ellos falso, en Las Ramblas y la Meridiana. Los había colocado el Partido Comunista de España (PCE) junto a la pancarta “Boicot a la Constitución, libertad patriotas catalanes”. Hubo 30 detenidos, acusados de pertenecer al PCE, a pesar de que el partido ya era legal. Faltaban 15 días para que las Cortes aprobaran la Constitución en Madrid y se habían intensificado ese tipo de “ataques”. El que la policía descubrió en Las Ramblas era el falso, pero una semana antes, en la misma zona habían hecho explosionar otra bomba.

 


20/11/1979 – La Vanguardia


Los problemas, terroristas o no, se habían solventado y daban comienzo otros: se formó la Asociación de Vecinos y Comerciantes de las Ramblas para hablar del problema que la circulación rodada provocaba. La circulación empezó a ser la actual, con un carril de bajada y otro de subida. Quizá si hubieran sabido entonces cómo iba a acabar su calle, habrían tenido otras preocupaciones, sobre cómo proteger al comercio o a los mismos vecinos. Hoy, solo uno de cada diez peatones que pasea por las Ramblas es barcelonés.