Nuestros padres confiaban en que sus estudios y su esfuerzo los llevarían a mejorar su clase social. Nosotros ya no. La evolución del mercado laboral durante la última década hacia la precariedad y la temporalidad no nos ha dejado. Y por lo tanto, nos cuesta creer que vayamos a vivir mejor que ellos. El antropólogo social especializado en juventud, Carles Feixa, lo ha denominado como «brecha generacional respecto a las expectativas de futuro». En datos sería algo así:
- Un 40,5 % de los jóvenes barcelonins se emanciparía si tuviesen los ingresos suficientes. La tasa de emancipación en Catalunya es del 16,2 %. Un 32,5 % de los que lo han conseguido en la Ciudad Condal necesitan ayudas familiares.
- El salario medio de los jóvenes barcelonins es de 888,30 € (inferior al salario mínimo). La media del precio del alquiler en Barcelona este último año, 913,73 €.
- Un 53 % de los jóvenes barcelonins tiene un nivel de estudios universitario o de máster, y un 24,8 % considera que está en un trabajo donde se requiere un nivel de estudios inferior al que tiene.
- Un 29,5 % de los jóvenes barcelonins tiene una jornada más reducida de lo que querría, un 35,7 % trabaja sin contrato y un 31,7 % cobra una parte de su salario en negro.
- Ya antes de la COVID, la mitad de los menores de 24 seguía siendo pobres aun trabajando, según el último estudio de Oxfam. En 2020 la carencia material severa llegó a 1 de cada 10 jóvenes menores de 30 en España (la media Europea está en 1,8 %).
Todos estos datos de la Encuesta a la Juventud de Barcelona nos han llevado a un sentimiento de dependencia, potenciado por la concienciación colectiva sobre la situación de los jóvenes en Barcelona que nos hace ser bastante pesimistas respecto a nuestro futuro, me cuenta Feixa. Que pensemos que seremos de una clase social inferior a la de nuestros padres no solo nos habla de un escenario tenebroso, sino de nuestra salud: un 39,1 % de los jóvenes barcelonins tenemos riesgo de sufrir una mala salud mental, según el cuestionario GHQ-12. Ya de forma habitual un 20 % de las visitas médicas de los jóvenes es por ansiedad o depresión en Catalunya. Pero, ¡ánimo! Seguro que si te esfuerzas mucho, lo consigues. Todo llega.
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