2 de abril de 1986 – La Vanguardia
Barcelona estaba jugándosela con París para albergar los Juegos Olímpicos de 1992. Ese año en el que entramos en la UE, nuestros socios todavía no sabían cómo éramos capaces de gastárnoslas con la construcción, nuestra adorada Champions League. La comisión de encuesta de los responsables de la candidatura visitó las obras y elaboró un informe de cuatro páginas que hablaba de la “seriedad” con la que la ciudad afrontaba el reto y la vocación olímpica de la Condal. Al jurado la candidatura le parecía “muy sólida”. Vamos, que estaba cantao.
15 de abril de 1986 – El Periódico
Si ocupaba la portada de El Periódico, es que la última hamburguesería Wimpy de Barcelona debía ser importante (estaba en las Ramblas, ni más ni menos). Por su celebridad o por el reguero de deudas que dejaba: a los trabajadores, a la compañía eléctrica, a proveedores, a la dueña del local… Los empleados se encerraron en él para que, al menos, los empresarios no pudieran llevarse los bienes que quedaban. Wimpy llevaba 3 años en Barna y era una franquicia que Burguer Ramblas (¡ese marketing ochentero!) había adquirido por un millón de pesetas más otras tantas en royalties.
22 de abril de 1986 – La Vanguardia
Desgraciadamente, el embudo que las grandes cadenas de alimentación —Mercadona, Carrefour, Alcampo y demás— crean para reducir cada vez más el precio que pagan a los agricultores y subir el que pagas tú en el súper no es nuevo. Aunque en ese momento, la presión venía de las tasas que imponía la Comunidad Económica Europea porque la entrada de España en la UE asustaba a Francia y a su enorme y poderoso sector agricultor. Agricultores catalanes y vascos protestaban volcando 25.000 kilos de alcachofas en Madrid porque la presión les llevaba a venderla por debajo de los costes de producción. Querían fijar el precio en 30 pesetas por kilo con la industria conservera, principal destinataria. Se llegaba a pagar a 8 pesetas, una miseria.