Como ocurre cada verano, otro año más se van llenando las calles de miles de turistas, aquella especie que arrasa y se dispersa como una plaga por todos los rincones del mundo, devorándolos y dejándolos completamente destrozados. Y como también es de esperar, el Movimiento Encapuchado para la Liberación de los Vecinos (que no debe confundirse con el Movimiento de Liberación Vecinal Encapuchado) ya ha empezado su temporada de odio, llenando las calles con pintadas como “Why call it tourist season if you can’t shoot ‘em?” o, demostrando lo facha que pueden llegar a ser algunos antifascistas, “No tourists allowed beyond this line”. Ambas pintadas están en Gràcia, como es de esperar.
No hay duda: la temporada alta de enfrentamientos interculturales se está calentando. Seguro que ya se están organizando los “vigilante groups” nocturnos de La Barceloneta para luchar contra los guiris borrachos que montan follón en horas de descanso (algo que nosotros, los barceloneses, nuuuunca hacemos cuando nos vamos de marcha, así como nuuuunca viajamos al extranjero, ni nuuuunca nos alojamos en un hotel o AirBnB). Seguro que también habrá manifestaciones este verano contra apartamentos turísticos ilegales o contra guiris que van de compra en pelotas, igual que otros años. Al final de la temporada, está garantizado que el día nacional de Cataluña, la Diada, será igual de politizada (o más) que otros años. Luego vendrá la temporada de protestas estudiantiles, y en primavera seguramente volverán las protestas antigentifricación. Plus ça change…
Se me ocurre una idea. Tantas manifestaciones en Barcelona empiezan a ser un aburrimiento —siempre las mismas banderas, las mismas batucadas, los mismos eslóganes cliché y los mismos encapuchados quemando contenedores y coches de patrulla—, por tanto, propongo que se monte una vez al año una gran macromanifestación para todas las causas. Así seguramente que tendríamos índices de participación mucho más altos, a la vez que nos ahorraríamos un montón de tiempo, energía, rabia y lesiones.
En una macromanifestación, protestaríamos a favor y en contra de todo a la vez, siendo así mucho más globales (por no decir coherentes) con nuestros mensajes. Nos manifestaríamos en contra de la invasión turística a la vez que gritaríamos “Volem acollir!”, por ejemplo, o nos expresaríamos a favor de una república independiente catalana a la vez que condenaríamos la existencia de una casta política y los impedimentos que crean fronteras nacionales a nuestra libertad de circulación. Sí al medio ambiente, y no a la prohibición de automóviles viejos en nuestras calles. No al racismo, y sí a la libertad de expresión. Sí al derecho a una vivienda, y no a la intromisión del gobierno en nuestras vidas privadas. Y un largo etcétera.
Esta macromanifestación anual serviría para absolutamente todas las reivindicaciones. Nos airearíamos una vez al año, siendo así mucho más productivos el resto del año. La izquierda fragmentada pasaría a la historia, uniéndose de una vez por todas. ¡Otra manifestación es posible!