El otro día, leí en un periódico de portada nacional un artículo sobre la evolución del mundo de la pastelería en Barcelona en los últimos años. Con el título ya bastó para que mis neuronas empezaran a mandar señales de manera enloquecida: intuí, en pocos segundos, sobre qué pastelerías de diseño ultramegacool y tiendas de chocolate se hablaría, y, lo peor de todo, sobre cuáles no se hablaría.

 

Mi intuición no falló ni siquiera en la tan bonita frase que decía que esas tiendas vendían “un capricho asequible para ciudadanos y turistas”. ¿Lo de “capricho asequible” indicaba algo superfluo, nada importante, o algo bastante caro pero no tanto? Mis neuronas echaban humo: tanta hipocresía podía conmigo. Definir esas tiendas como “el relevo social de muchas antiguas cafeterías” fue lo que me dio el golpe definitivo.

 

¿Qué es lo que se proponían no mencionando a pastelerías que, no sólo guardan las tradiciones y hacen un trabajo espectacular, sino que también saben innovar como maestros chocolateros, y con ello producen unos bombones exquisitos, elegantes y esmerados, como hace la de en frente de mi casa? ¿De verdad no iban a decir nada sobre las tropas de Oompa-Loompa que trabajan incansablemente a pocos metros de mi alcoba? Evidentemente, no. El destino de tantos obreros en talla minúscula y con una devoción incondicional hacia la haba más preciada del mundo parece que es caer en el olvido.

 

Porque estoy segura de que, en las modernas tiendas del centro, no emplean Oompa-Loompa, ni siquiera en la cadena de tiendas de chocolate mencionada en el artículo, no. Los enanitos, aunque trabajen con esmero y experimentemos una ya cansina vuelta a lo vintage, están más que superados porque, no nos engañemos, ¿quién quisiera comer algo hecho por las manos de gentecilla que no es fashion, cool ni moderna?

 

No sé si alguien ha respondido a gritos “¡Yo, yo, yo!”, pero, por si acaso, voy a dejar por aquí la receta de un exquisito y bonito salami de chocolate que permitirá a cada uno convertirse en un Oompa-Loompa experimentado, que no necesita visitar las novedosas tiendas del centro para comer un buen y coreográfico postre de chocolate. Además, esta receta permite reciclar los restos de chocolate, galletas, frutos secos y demás dulces navideños que aún llenan nuestras despensas.

 

Ingredientes para un salami de chocolate para 4 personas://
100 gr de chocolate amargo*
100 gr de galletas secas (tipo María)
75 gr de mantequilla
1 huevo
50 gr de frutos secos al gusto
50 gr de azúcar
2 cucharadas de azúcar glas
1 cucharada sopera de ron añejo
1 hoja de papel para hornor

 

Preparación://
>> Sacar de la nevera la mantequilla para que se ponga blanda y sea más fácil trabajarla.
>> Cortar el chocolate a trozos y ponerlo en un bol a baño maría para que se funda lentamente.
>> Mientras tanto partir las galletas hasta obtener trozos del tamaño de una uña y reservar.
>> En otro bol mezclar la mantequilla con el azúcar y el ron hasta obtener una crema espumosa.
>> Una vez el chocolate fundido se haya enfriado, añadirlo a la crema de mantequilla y mezclar bien. Añadir también el huevo y seguir mezclando hasta su completa incorporación.
>> Añadir a la mezcla los trozos de galleta y los frutos secos también troceados. En este punto, extender el papel de horno, volcar encima la mezcla e intentar darle la forma alargada, típica del salami. Una vez obtenido, hacer rodar el salami un par de veces sobre el azúcar glas, envolverlo con el papel de horno y, a continuación mientras se sigue dándole forma cilíndrica, envolverlo también con una hoja de papel de aluminio.
>> Poner en la nevera como mínimo unas 3 horas. Pasado este tiempo sacar de la nevera, abrirlo, cortarlo en rodajas de 1,5 cm y servir.

 

* Si no se dispone del chocolate amargo típico para fundir, se puede emplear el que tengamos a nuestro alcance. Si se trata de chocolate con leche, hay que tener presente que éste ya lleva un porcentaje mayor de mantequilla y de azúcar, así que deberemos reducir las cantidades de la receta, al fin de no obtener un postre demasiado empalagoso y grasiento. Por cada 100 gr de chocolate con leche emplearemos sólo 40 gr de mantequilla y 25 gr de azúcar.