Todes merecemos el reconocimiento de almóndiga

El lenguaje se ha considerado un distintivo en la singularidad de la especie humana y ha evolucionado a medida que la sociedad cambiaba. Se han creado palabras, expresiones y significados diversos para una sola palabra. ¿Por qué cuesta tanto incorporar el lenguaje inclusivo?

La Academia sueca se presentó en 2015 como pionera en introducir el género neutro al lenguaje con el pronombre “hen”, el equivalente a “elles” en español. El inglés tampoco se queda atrás ya que podemos comprobar como el pronombre “they” aparece en publicaciones y se usa en la lengua hablada también como neutro. La inclusión lingüística tuvo tanto éxito que el diccionario estadounidense Merriam Webster escogió “they” como palabra del año en 2019.

El uso de una forma de comunicación en igualdad de género y que abarque todas las identidades disidentes tomó fuerza en el español durante 2018 por la lucha a favor de la legalización del aborto en Argentina. Incluso en algunas universidades ya se aceptan trabajos académicos usando el lenguaje inclusivo, pero aquí la RAE se niega a aceptarlo. Joder, se tendrá que luchar más para conseguir el reconocimiento que tuvo “almóndiga” y ser digno de formar parte de la RAE.

No nos parece extraño el uso de la “@” y la “x”, pero el uso de la “e” aún causa rechazo aunque aporte mayor facilidad fonética para la lengua hablada. Por ejemplo, en vez de decir follamiga podemos utilizar “follamigue” abriendo las puertas a la inclusión de cualquier identidad de género –femenino, masculino y no binario–. Aunque desde colectivos feministas y LGTBIQ se intente normalizar esta forma de comunicarse, cuesta hacer cambios estructurales.

Las demás lenguas habladas en la península se han tenido que poner a trabajar por su cuenta vista la inactividad del español.

En el caso del catalán se han tomado medidas para fomentar un lenguaje inclusivo institucional y popular. En el apartado “Gènere i LGTBI” ofrecen otras formas de utilizar expresiones que resultan ofensivas para ciertos colectivos. Por ejemplo, en lugar de decir “els pares” utilizar “les famílies” o en vez de decir “això és una mariconada” decir “això és una ximpleria”. También tratan genéricos inclusivos como “ciutadania”, “alumnat” o “equip mèdic”. En muchos casos puede funcionar, pero es un poco pesado ir dando rodeos hasta encontrar las palabras adecuadas. ¿No es más fácil crear un método genérico inclusivo para todo? Lanzo la idea de crear el “Manual pel llenguatge inclusiu” y, quizá, ganar un dinero con ello.

Ah, una cosa más. Real Academia Española, podéis quitar ser un mujeriego como sinónimo de perrear. Nadie lo usa así, el perreo es un baile que une a los colectivos que no quieres incluir en tu forma de comunicarte. Deberíamos empezar a actualizarnos.