Todos aquellos barceloneses que disfrutan de la ciudad yendo en bici propia saben que hay dos peligros mayúsculos al desplazarse sobre dos ruedas: los taxistas y los hurtos.
[quote align=»left»]Viralizado en Internet y editado en formato papel, es un fanzine que tiene mucho de novela detectivescaA los taxistas —los fast-and-furious condales, leonas recelosas de la jungla de asfalto, grandes haters de los que no son negriamarillos— los podemos evitar e incluso enfrentar, pero con los ladrones de bicicletas no hay mucho que hacer. Un servidor habla desde la experiencia de haber perdido 3 bicicletas en barrios y situaciones diferentes. Tal vez por eso el relato de Leo Voland La historia sobre cómo recuperé mi bicicleta me llegó al corazón.
Originalmente publicado y viralizado en Internet y, más tarde, editado en formato papel por el colectivo Horriblemente humano, es un fanzine que tiene mucho de novela detectivesca: un día Voland descubre que su bicicleta ha sido robada, pero harto de que le haya pasado más veces, decide iniciar una loca investigación que le llevará de Cash Converters a Loquo, de Segundamano a la policía y, finalmente, a una operación de rescate fuera de la ley digna del mejor cine negro.
Un cantar de gesta contemporáneo en el que Voland, pseudónimo utilizado por el autor para mantener su anonimato, se ensalza como un héroe urbano singular, crítico con el orden de la ley y ejemplo a seguir para cualquier ciclista que se precie.