¡Qué titular tan original, verdad? En BCN Més estamos que lo tiramos, señora. Como Mango, que se está luciendo en la 080 Barcelona Fashion. Y como es una empresa catalana de la que sentirse orgulloso por el mundo con la marca España, o Catalunya, o como os plazca, he pensado que nos toca diseccionarla un poco. Porque tal vez no es tan catalana. Ni para estar tan orgulloso.

Mango la fundó un turco, que lleva en Barcelona desde 1968. Hasta ahí bien, Barna es un crisol de culturas así que no pasa res, y el que diga lo contrario que se pasee por cualquier calle. Eso la hace casi más catalana. Pero de sus 10.000 trabajadores, solo 1.850 trabajan en la provincia de Barcelona. El resto, especialmente quienes fabrican la ropa, trabajan en subcontratas en Vietnam, Camboya, Bangladesh, India, China o Marruecos.

En abril de 2013 se derrumbó el edificio Rana Plaza en Bangladesh, en el que se acumulaban empresas de confección, y donde murieron más de 1.100 personas. De allí salieron etiquetas de Inditex (Zara, Pull&Bear, Stradivarius, Bershka, Oysho, o Massimo Dutti), H&M, o Mango. Bien, además de que las condiciones laborales convertían la esclavitud en paraíso, con menores trabajando, en situaciones insalubres, durante jornadas interminables con salarios de dos duros, Mango ha sido de las pocas empresas que se ha negado a pagar un duro en indemnizaciones. Hasta Primark paga, que es como un mercadillo de interior. Y no lo digo yo, lo dice el mismísimo New York Times, que los periodistas también tenemos gurús supremos. ¿Por qué se niega? Porque no había formalizado contratos. Aunque varios trabajadores del Rana Plaza confirman que ya habían empezado los trabajos.

Ahora dirán ustedes que si empezamos a dejar de comprar en Mango, tendríamos que dejar de comprar en todas las tiendas del mundo. No es así. Basta con mirar las etiquetas y dejar de comprar lo que se produzca en Bangladesh o cualquier otro país sospechoso de explotar a sus trabajadores: Marruecos, Bangladesh, Camboya, Vietnam o India. Para quienes quieran ir más allá del «basta», pueden consultar la iniciativa Roba Neta y empezar a comprar productos hechos sólo en Catalunya. Y para quienes estén entre una cosa y la otra, valdría con plantearse que comprar vaqueros a 30 euros cada seis meses no puede hacerse sin que quien lo cosa esté sufriendo de los lindo (qué expresiones tan crueles tiene nuestro idioma).

Volviendo al tema. Otro detalle de Mango. La semana pasada lanzó su campaña Violeta by Mango, de «tallas especiales», es decir, tallas grandes de toda la vida. Estupenda iniciativa, si no fuera porque las tallas grandes empiezan en la 40. Todo esto lo digo para cuando les vuelvan a preguntar qué es la marca España, o Catalunya, o Barcelona. Y tal vez se les llene más la boca con Canuda que con Mango. Porque si así fuera, si pasáramos más tiempo en Canuda que en Mango, tal vez hubiera sido la segunda la que hubiera cerrado. O tal vez no, si fuera de verdad, catalana y orgullosa.