Vintage: adj. Se aplica al objeto o la estética que no es nueva, pero está de moda por su diseño atractivo.

Con la misma palabra podrían definirse los mercadillos de segunda mano. Los que se remontan al siglo XIV, al origen de “Los encantes” de Barcelona en las puertas de la muralla. Los que funcionaban gracias a los objetos usados en el suelo y estaban expuestos a la voluntad del tiempo. De la lluvia. O del frío. Los que eran frágiles, clandestinos, necesarios… y los que todavía lo son. Los mercadillos de ahora también podemos dibujarlos así, porque más que nunca, construyen el futuro con artículos del pasado. Sobre todo, los de ropa de segunda mano, que parecen estar dando la vuelta a la fast fashion. ¿Está de moda la ropa que ya no lo estaba?

Existen muchas razones por las que la ropa de segunda mano está cogiendo protagonismo: económicas, éticas, medioambientales y hasta estéticas. Existe un público distinguido, o no, que no persigue tendencias, sino que las evita. Pero dentro de un mercado capitalista, es difícil encontrar diseños únicos sin gastarse el sueldo en una sola prenda. Las palabras “diferente” y “asequible” solo parecen ser compatibles en los mercadillos vintage.

Un pantalón usado dos veces, un abrigo que parece nuevo porque lo único que le falta es la etiqueta, o unos zapatos que, aunque no eran la talla correcta, pasaron años en el armario. Los mercadillos de segunda mano se han convertido en un concepto de “ocasión” para mucha gente. Pagar un 20% del precio industrial de la camiseta que te gusta no suena tan mal. Darle una segunda oportunidad a algo que iba a convertirse en trapo de cocina, tampoco. Según un informe de ThredUp, se calcula que las ventas de ropa de segunda mano se duplicarán en los próximos cuatro años hasta alcanzar, en 2022, un valor de 41.000 millones de dólares. Reciclar la ropa es una idea más arraigada a la sociedad de lo que se cree, y la estructura principal de este movimiento la sostienen los mercadillos.

Segunda mano «en vivo»

Rebuscar entre montones de ropa usada hasta encontrar “la prenda” es ya, en algunas ciudades, un estilo de vida. Una filosofía que representa ideologías sostenibles, rebeldes e incluso inconformistas. Barcelona es una de ellas. Y como aquí nos gusta ser recurso, os hemos preparado una lista con mercadillos callejeros a visitar cada mes:

  • Lost & Found Market 

    En diciembre: hacen una edición especial «Everywhere» online el sábado 12 y domingo 13 de diciembre en su insta (y hasta el 18 en su web). Prometen más de 1.000 prendas «cuidadosamente seleccionadas».
    Normalmente: un dominio al mes en Estación de França o Av. del Marquès de l’Argentera (depende de la estación)

    Web: lostfoundmarket.com

  • Flea Market Barcelona

    En diciembre: la última edición del año tiene lugar el 13 de diciembre detrás del Museu Marítim (como siempre).
    Normalmente: cada segundo domingo al mes en Plaça Blanquerna

    Web: fleamarketbcn.com

  • Two Market

    En diciembre: están a tope. Tienen mercadillos en la Nau Bostik los días 12, 13, 17, 18, 19 de diciembre con un aforo limitado (30%). Reserva tu entrada (1€) en su web.
    Normalmente: cada sábado en la Nau Bostik, c/ Turné 11 en La Sagrera

    Web: marketsbarcelona.com