Hoy, el Congreso de los Diputados aprueba la Ley Mordaza. Es un día triste para nosotros y para vosotros. Para algunos, se trata del mayor recorte de libertades en democracia. Algunas novedades chulas, chulas que se consideran graves y se penan con multas de entre 601 y 30.000 euros:

  • Grabar a la policía y hacer uso de las imágenes sin su autorización (incluso si lo que están cometiendo es un abuso)
  • Ocupar un despacho, oficina o local -incluso los abiertos al público- causando una «perturbación relevante de la paz pública y de su actividad normal»
  • Distribuir o difundir consignas que inciten a la comisión de alguno de los delitos «de alteración del orden público» o incluso que «sirvan para reforzar la decisión de llevarlos a cabo»



Es decir, si okupas la oficina del banco que desahució a tu familia, puedes ir a la cárcel -depende de tus antecedentes, claro- o arruinarte. Si te quedas en la puerta pero animas a los demás a hacerlo, también. Si documentas la paliza que el policía le da a quien se opone a abandonar, con más razón.

Poco le ha importado al Partido Popular que la norma lleve siendo criticada por diversos organismos como la ONU o el Consejo de Europa. Como dice un preciso y precioso titular de Periodismo Humano: Indígnate, pero no protestes. Tampoco parece importarle a los medios de comunicación, que ya se han aplicado el discurso. Salvo El País y 20Minutos, ningún otro (ni siquiera Público o eldiario.es) hablan hoy de la aprobación de la ley. Deben estar muy preocupados hablando de cómo funciona la puerta de la cabina de un avión. Es la precariedad la que marca las prioridades, pero de eso, hablamos otro día.

Para saber más sobre la Ley Mordaza, alias Ley de Seguridad Ciudadana, tenéis un buen artículo de Katharine Ainger, colaboradora de The Guardian, aquí.