En Barcelona ya no será gratis ni mear. Lo sé, no es una novedad, ya nos hemos enterado todos de que nos van a cobrar 50 céntimos si queremos hacer aguas menores/mayores en la estación de Sants. Pero tal vez hay un pequeño detalle que hemos pasado por alto. Será gratis si a) vamos a Bellvitge o Mataró, es decir, Rodalies Renfe a su servicio, b) a Sevilla o Alicante, pasando por Madrid por supuesto, que para eso es la capital y el Estado español federalista, entiéndase la ironía o c) nos tomamos un cafelito, si es carajillo mejor, en sus estupendas instalaciones y enseñamos el tiquet de compra al pasar por los urinarios, para que todo quede en casa. ¿Y qué quiere decir eso? Que lo de la limpieza es una metáfora, porque no es que gracias al pago el servicio vaya a estar más impoluto cuando vaya usted a evacuar su cortado, sino que no tendrá que soportar la desagradable visión de personas sintecho, que son los únicos seres vivos que no podrán ni pagar 50 céntimos, ni sufragar las opciones a, b y c. Barcelona, posa´t guapa.

El a, b y c a nivel estatal es el siguiente: estabilidad económica, reducción del déficit y vuelta a los mercados financieros. Se nos debe dar muy bien porque Obama nos felicita por ello. Estables estamos, en la cola del paro nadie se cae. Reducimos el déficit, sí señora, aunque usted no sepa lo que es. Y volvemos a los mercados, sí sí, ahí seguimos endeudándonos, lo que pasa es que sus hijos pagarán unos intereses más bajos que usted. En condiciones extremadamente ventajosas, por supuesto, según De Windows. Para no ser descarados, Rajoy y Obama hacen mención a esa estable cola del paro, y hablan de que reducirla es el asunto más importante. Entonces a mí me surge una duda tonta, perdonen ustedes: si reducir el desempleo es lo más importante, ¿por qué no han hablado todo el rato de los seis millones de parados y de cómo limpiar esa cola? ¿cobrarán 50 céntimos por cada numerito para que nos atiendan?

50 son los expertos que han redactado la nueva Constitución de Egipto. Su a, b, c son las tres veces que han votado, con la de hoy, desde la caída de Mubarak en febrero de 2011, cambios en la carta Magna. El peligro del texto nuevo es que legitimará el golpe de Estado que el Ejército dio al gobierno democrático de Mursi el pasado julio. Algunos expertos defienden que tras la votación, el Ejército se retirará porque sólo quería poner orden, y otros que este plebiscito supone la vuelta de la corrupción desatada que dominaba el país durante la dictadura de Mubarak. No sé cuánto cuesta hacer pis en la estación Ramsés de El Cairo, pero sí que en cada país unos mean gratis y otros lo pagan bien caro.