«No hay ninguna familia en Catalunya sin luz, gas o agua por no poder pagar las facturas». Así de ancho se quedó ayer Felip Puig, conseller de Empresa. A las entidades que luchan contra la pobreza energética les faltó tiempo para salir a desmentir sus declaraciones. Fuel Poverty Group (FPG) negó que se hayan suprimido los cortes: «hay familias que pasan frío en su casa».

El problema está, as always, en la burocracia. FPG tiene constancia de que muchas personas que han pedido la visita de los servicios sociales para tramitar el informe que les da acceso a la ayuda de la Generalitat para garantizar sus suministros aunque no puedan pagarlos, no la han recibido por una lista de espera de meses. ¿Qué significa esa lista? Que una familia puede pasar «bastante tiempo» esperando conseguir su certificado. Pero la burocracia no frena, porque además, esas personas tienen que estar acogidas al bono social, y la mayoría no saben ni lo que es, según denuncias las entidades. ¿O es que a la Gene no le interesa dar publicidad de sus escasas iniciativas sociales?