¿Se puede deducir el cociente intelectual de una persona dependiendo del timbre de su móvil? La madre de mi novio tiene “Little Bad Girl” de Guetta. ¿He de preocuparme? Krista , Barcelona
Personalmente nunca he creído que ningún tipo de gusto manifiesto, ya sea artístico, musical o literario, tenga demasiado que ver con el cociente de una persona. Como mucho tiene que ver con lo inteligentes que les gustaría aparentar ser. Están llenos de intenciones esas melodías, son como los tags de nuestra vida social. Me dice tanto un adolescente con una canción de reggaetón en el móvil como otro con las cuatro estaciones de Vivaldi, con la única diferencia de que este último me da aún más miedo por su seguramente tremendo esnobismo.
En cuanto a la madre de tu novio, no te preocupes. No sólo no tienes que preocuparte sino que tendrías que alegrarte porque desde luego manifiesta una originalidad y una falta de complejos fuera de lo común para la edad que supongo que tiene. No es como las demás y le gusta demostrarlo en pequeños detalles como este o como llevar tanga. Eso sí, ese tarro con pastillas de colores que tiene en el baño no son caramelos.
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¿Qué opinas de los “Caprichos de la Sala Apolo”?¿Son realmente caprichos? David, Barcelona
Bueno, a ver… Me da mucha pereza mirar en el diccionario el significado exacto de la palabra capricho y además deduzco que no es eso lo que quieren los programadores de dicha sala, sino que nos quedemos con las connotaciones que esta palabra conlleva.
Bien, veamos. La primera que me viene a la mente es: raro, especial. Esta, viendo el cartel, me parece apropiada. Un montón de grupos que no conoce ni su madre y para los que en muchos casos este supondrá el mayor escenario en el que hayan actuado en toda su carrera.
La segunda es: sólo apto para unos cuantos. Esta es más relativa. No creo, soy muy poco romántico, que nadie en su sano juicio, monte un grupo para únicamente ser apto para unos cuantos escogidos. Más bien, en la mayoría de los casos esto les viene dado y no les queda otra que aguantar a ver si algún día empiezan a verles alguien más que sus amigos y cuatro personas con problemas psicológicos y/o complejo de críticos de Rockdelux.
La tercera, y no por ello menos importante, es: excesivamente caro. Un diamante, un bombón, unos zapatos de piel, etc., cosas de esas en las que el precio supera lo obtenido. Una pequeña locura que no has podido evitar porque realmente te gusta. Mirando el cartel, en el cual no conozco ni a una décima parte de los grupos que actúan, podría uno llevarse a engaño por tan hábil título, pero también uno ha nacido en este país y ha trabajado muchos años en la música y sabe que esto no es nunca así. Si un grupo es conocido es caro, si no es barato. Y punto. Y teniendo en cuenta que el más famoso, en mi opinión, de los que actúan es el magnífico Robyn Hitchcok, del cual tuve el honor de ser manager muchos años, con lo cual sé su caché, puedo afirmar sin dudar demasiado que estos conciertos de caros no tienen nada y que incluso muchos, sin duda los españoles, ni tan siquiera cobrarán por su actuación con tal de tener una esperanza de que esto suponga una futura actuación en el Primavera Sound, algo así como un partido para ojeadores de equipos importantes.
Dicho todo esto podemos resumir en que sí, exquisitos son, pero con muchas, pero muchas, puntualizaciones y matices. Lo cual nunca quiere decir que no merezca la pena acercarse a descubrir alguno de estos grupos. Estoy seguro de que entre ellos se encuentran muchas maravillas que puede que no sean diamantes pero ni falta que hace.
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¿Has visto el nuevo video de Bebe? ¿Está loca esta chica?¿Cómo puede copiar tanto a MIA? Laura, Castefa
Claro que lo he visto, no me ha quedado otra. Hace unos meses ya advertí de lo que se avecinaba, y veo que no me he equivocado en absoluto. La música comercial en este país, y puede que la indie también, es tan previsible que asusta.
Casi siempre es copia de algo. Una españolización barata de algo que ya lleva años petando en el extranjero. Esto ocurre desde la época de lo Bravos, que ya hacían versiones de los Rolling sin tan siquiera advertirlo en los créditos. Esto, en mi opinión, es debido a dos razones terribles. La primera es que los señores esos que están en sus despachos y que sueltan la pasta no quieren arriesgarse y desean resultados inmediatos y para ello nada mejor que el pensamiento de: “si MIA vende tanto en el resto del mundo, vamos a hacer la MIA española”. Se puede cambiar MIA por cualquier otro, ya sea Coldplay, del cual salieron mil versiones patrias, con los vergonzantes La sonrisa de Julia como máximo exponente, o los Artic Monkeys (con Zenttric, sin ir más lejos). Eso sí siempre con unos cuantos años de retraso, con cierto tufo a pasado de moda. La segunda es que, debido en parte a los mil complejos con los que hemos crecido, somos un pueblo muy cainita y envidioso y la originalidad es algo que, en contra de lo que creemos, no apreciamos y necesitamos siempre unas referencias muy, muy, claras para poder decir que algo nos gusta.
Dicho todo esto, la pregunta no es si está loca Bebe. La pregunta más bien sería si estamos locos nosotros. Y la respuesta es que me temo que sí.
