El premio al gilipollas del año es para Mario García Montealegre, el famoso joven que hace un par de semanas le dio una patada brutal a una mujer en Diagonal que la tiró al suelo y le provocó un esguince. Qué gracioso, ¿no? pillarse un pedo de la ostia con los colegas y venga, vamos a joder a la rubia porque sí, porque es divertido. Encima grábame y se lo pasamos al resto de compis para que vean qué bien nos lo pasamos en Barna. «Le di la patada de forma espontánea», le dijo a los agentes. Como de forma espontánea se le han echado las redes sociales encima, que ni el rastro ha podido borrar por más que quisiera. Hace falta ser subnormal. Dicho con mucha espontaneidad.

Las juventudes socialistas han querido protestar esta semana contra la prostitución, más visible durante la celebración del Mobile World Congress. Casualidades de la vida. Mientras repartían a las puertas de la Fira panfletos con mensajes como «real men don’t buy girls», unos metros más alejados, otros repartían flyers para acabar la dura jornada de móviles, antenas y otros avances tecnológicos megaimportantes con un buen polvazo. Uno profesional. A nosotras el sexo nos parece un trabajo como otro cualquiera siempre y cuando sea voluntario/vocacional y no una explotación/esclavitud. Lo que nos preguntamos es si ese modelo de ejecutivos (no debe haber muchas ejecutivas, por lo que apreciamos) que vienen a Barcelona a currar y después invierten su dinero en emborracharse y follar, es lo que queremos para la ciudad.