Esta mañana nos hemos despertado con la noticia de que, esta noche, TV3 emitirá el vídeo en el que aparece la persona que conoce a quien tiró la maceta la noche del 4 de febrero de 2006, desde un teatro okupado en Sant Pere Més Baix. La maceta hirió a Juan José Salas, el guardia urbano que quedó en estado vegetativo y por el que nueve personas fueron detenidas aquella noche a pie de calle. Cinco de ellos fueron condenados, entre ellos Patricia Heras, que se suicidó en un permiso penitenciario. La premisa que ha sostenido la condena hasta ahora es que los detenidos lanzaron una piedra. La maceta desapareció. Hasta hoy.

Con este lío hemos llamado a Xavier Artigas, director con Xapo Ortega de Ciutat Morta, el documental que le ha dado un tortuzo brutal a esta sociedad adormilada. Nos cuenta que el testimonio de esta persona estaba en la primera versión del documental que se estrenó en el cine okupado de Via Laietana, pero que acabaron por retirarla porque después, en los debates, la gente se obsesionaba con esa parte y olvidaba lo demás. «El documental no es sobre quién hiere a Juan José Salas, sino sobre las cinco personas a las que se condena sin pruebas, burlando su presunción de inocencia».

Ciutat Morta es un documental de gran valor periodístico. Riguroso y contrastado. Introducir este testimonio, con la cara tapada y la voz distorsionada, quedaba «esperpéntico», cuenta Artigas. Pero los hechos han tomado ahora otro curso. Y visto que la falta de pruebas no es suficiente para reabrir el caso y exculpar a los condenados, Xapo y Xavier se han dado cuenta de que esto era lo que podían aportar. No tienen manera tampoco de contactar con el testigo: «se puso en contacto con nosotros a través de abogados y ni siquiera sabemos su nombre».

La cosa no acaba ahí. Esta mañana, Carles Martí, que era regidor de Ciutat Vella en 2006, ilumina la portada de El Periódico con una declaración cuanto menos, sorprendente: «Yo le dije a Clos que una maceta hirió al policía». A Xavier le parece «una vergüenza que Martí hable así nueve años después» y se pregunta «¿por qué no lo dijo entonces?». En ese entonces, no dio respuesta. Si la hubiera dado, los cinco condenados hubieran sido absueltos porque se les detuvo a pie de calle. Con estas noticias, para Xavier «hay suficiente para exculpar a los condenados». Sin embargo, presunción de inocencia a un lado, lo que se está pidiendo «es que sea la defensa la que aporte pruebas para ello».

Al otro lado de la historia, Victor Bayona y Bakari Samyang, condenados por torturar a Yuri Jardine, reciben una pensión vitalicia con 34 y 38 años, de 1600 y 1800 euros por incapacidad laboral. Los otros cuatro agentes que testificaron en el caso y que presuntamente también torturaron a Yuri, no fueron condenados porque no se les pudo identificar. Cerrado el caso, fueron ascendidos. A falta de explicaciones, Xavier considera que el Ajuntament está «tirando balones fuera». Los cuatro agentes dijeron que sus compañeros no habían pegado a nadie, sin embargo, se comprobó que sí y por ello los dos guardias están en prisión. Así que, simple y llanamente, mintieron.

Con el objetivo de encontrar el balón, hemos llamado al Ajuntament. Y resulta que el balón llega hasta el Institut Català d’Avaluacions Mèdiques (ICAM), que es el encargado de elaborar el informe con el que se incapacita a los dos agentes en prisión. La encargada de prensa justifica así que no hay lugar a la responsabilidad del consistorio: «a nosotros nos llega una orden de baja y la tenemos que cursar, no es nuestro papel cuestionarla». No es su competencia aprobarla, como tampoco lo es recurrirla. Respecto a los otros cuatro policías ascendidos, el Ajuntament nos confirma que se les abrió expediente de oficio cuando empezó el juicio, pero que como se les declaró inocentes, dicho expediente se cerró y su carrera continuó. Preguntados por el motivo de su ascenso posterior, todavía no conocen la razón. Creen que será «por promoción interna», pero en cualquier caso, nos lo harán saber en cuanto lo sepan.

A la espera de esa información y de una llamada al ICAM, seguiremos informando.