Los palos han sido única y exclusivamente para quienes protegieron y defendieron Can Vies. Hasta ayer. Aunque tal vez no llegue a dolerles en exceso, la Audiencia de Barcelona ha reabierto la causa contra los dos mossos que golpearon a un chico que iba en bicicleta en las protestas, provocándole una «importante hemorragia en el oído». El juez de turno consideró, a pesar de ver las fotos de Fotomovimiento y los vídeos de diferentes testigos, que los agentes habían actuado «conforme a derecho». Pero la Audiencia ha parecido tener un poco más de sentido común.

El chico tuvo que recibir tratamiento quirúrgico para recuperarse, lo que lleva a los magistrados a considerar que los policías pudieron incurrir en una infracción penal. El juez anterior no sólo creyó a pies juntillas la versión de los agentes, sino que además no realizó ni la más mínima investigación, como denunciaron entonces los abogados del chaval. Construyó un relato de los hechos paralelo a la realidad. Ahora, deberá admitir a trámite la querella del ciclista contra los mossos y esclarecer si saltaron la ley. Y no saltársela él.