El periodismo lleva inmerso en dos crisis casi quince años. Primero fue la catástrofe económica de 2007 seguido por el boom de Internet acompañado por la filosofía de «todo gratis». Entonces, ¿cómo sobreviven pequeños medios independientes como La Marea?
La información ha sido relegada durante años a un segundo plano, gratis a cambio de clicks y generando ingresos a través de la publicidad casi en exclusiva. En 2019, sin embargo, la mayoría de los medios encontraron consenso a la hora de restringir el acceso a la información en sus páginas webs y comenzaron a ofrecer diferentes métodos de suscripción.
El ejemplo a seguir viene desde el otro lado del charco, The New York Times, que ha sido pionero en incentivar el modelo de suscripción. Terminó el primer trimestre de 2021 con más de 7,8 millones de suscripciones en papel y digital, más de 100 millones de usuarios registrados y una media semanal de 76 millones de lectores.
Volviendo a España, al hacer un repaso por las principales portadas de nuestro país nos encontramos con dos modelos distintos que se repiten hasta la saciedad con diferentes precios que rondan entre los 4,95 y los 10 euros. Algunos cuentan con un muro de pago llamado “poroso”; es decir, te permiten leer un mínimo de artículos gratis al mes, mientras otros gestionan un modelo “freemium” en el que algunas secciones o noticias carecen de acceso restringido.
Entre estos medios existe alguna excepción que vale la pena destacar: La Marea. Este periódico – y cooperativa -, se proclama libre e independiente gracias, en gran medida, a sus socios y suscriptores. Lo que lees en su web es libre, aunque no seas suscriptor. Hacen gala de que el acceso a la información es un derecho.
Sin embargo, eso no quiere decir que sea gratis y ahí radica la importancia que tienen las suscripciones en prensa pequeña. “La información gratis también tiene un precio. Si la paga otro, ese otro puede tener unos intereses opuestos a los tuyos y, seguramente, sea una gran empresa quien esté pagando a través de publicidad o contenido patrocinado”, nos explica Dani Domínguez, periodista de La Marea.
Por este motivo ser suscriptor es clave en La Marea. Aparte de obtener ventajas exclusivas como la revista impresa, los monográficos o tener descuentos en cursos y libros gestionados por el propio periódico, también apoyas la libertad de información y la insumisión al orden impuesto por las grandes empresas financieras o del Ibex35.
«Si tu fuente de ingresos es la publicidad de estas empresas, vas a tener cuidado de no molestarlas.»
De hecho, se puede decir que en La Marea analizan cómo funcionan las empresas que pertenecen al Ibex, aunque no sea actualidad ni forme parte de la agenda mediática del momento. Miran hacia sitios que otros medios de comunicación ignoran a través del suplemento #yoIBEXtigo, en el que sacan información de manera constante sobre temas como el medio ambiente, los lobbies o la igualdad, entre otros. “Si tu fuente de ingresos es la publicidad de estas empresas, vas a tener cuidado de no molestarlas”, matiza Domínguez. No hace falta recordar el día en que la mayoría de los medios generalistas de este país aparecieron con Endesa en portada, casualmente coincidiendo con el inicio de la COP25.
Pese a todo, pertenecer a un medio independiente no es fácil y en La Marea lo saben bien, ya que han asumido más perdidas económicas que ingresos en los últimos años. Para ellos, las suscripciones son el principal ingreso, pero no cuentan con las suficientes para ser rentables. El pasado mes de marzo realizaron la mayor campaña de la historia del periódico. Consiguieron alcanzar su objetivo: 2.000 captaciones. Ahora suman casi 5.000 suscripciones a La Marea y unas 1.000 para Climática, una revista especializada en la crisis climática. Lo que parece que son buenas noticias no lo son tanto: “Esto no es suficiente. Solo sirve para coger aire. Deberíamos llegar a 7.000. Si no alcanzábamos una cifra mínima nos planteábamos cerrar”.
Las suscripciones son el principal ingreso, pero no cuentan con las suficientes para ser rentables.
Otra particularidad de su modelo de negocio es que se trata de una cooperativa. Además de las suscripciones, en La Marea existe el papel de socio y, dentro de esta categoría, hay dos tipos: el usuario y el colaborador. El primero pertenece a la cooperativa al aportar 500 euros de capital social, convirtiéndose en pequeño propietario. Estos tienen derecho a participar en la toma de decisiones del medio, aunque es el consejo rector el que toma las decisiones diarias. Los colaboradores trabajan para el periódico, pero no todos los redactores son socios.
El modelo de negocio de los medios de comunicación está encaminado a sobrevivir a través de las suscripciones, ya sea por la necesidad de mantenerse informado o por creer en la democratización de la prensa. De todas formas, la publicidad no desaparecerá a corto plazo y, nosotros, como consumidores, necesitaremos ser críticos y conscientes de los medios que consumimos. Tantos años de contenidos gratuitos han hecho mucho daño y falta aún mucha didáctica para asumir que si no pagas por el producto, quizá el producto eres tú.