Siguiendo la línea editorial que caracteriza esta edición, preguntamos a nuestro entrevistado qué opina de las personas que no limpian las cacas de sus perros de las calles de Barcelona. Tras la sorpresa, Stefano Fristachi, músico, fotógrafo inicialmente vocacional y dicharachero particular, reacciona: “he tenido un perro durante 13 años y en Barcelona me di cuenta de que es un asco no limpiar. El otro día vino a visitarme un amigo de Milán y cuando íbamos por la calle no hacía más que decirme, “cuidado con esa”, “ahí hay una más”.

Stefano es la voz de la banda The Spike Heel Sex Sound, y nos habla de Angels & Buffalos, un disco a caballo entre el funk y la electrónica, cocinado 100% casero en un piso del barrio de Poble Sec. Mientras ideas, le preguntamos por el nombre de la banda: “cuando era pequeño tocaba la batería. Siempre me ha gustado ese sonido duro que es como el ruido que hacen los tacones, clok, clok, me recuerdan a un tambor, ese ritmo sensual que define el dulce paso de una mujer”. El Sex Sound de Fristachi inició sus andaduras a partir de experiencias que el músico define como “algo tropical. La idea surgió en una casa okupa de Poble Sec. Para el segundo trabajo me inspiré en un libro de Auster, Mr. Vértigo. En ese libro el prota inicia el viaje de su vida; para mi simbolizó el principio de mi viaje musical”. Casualidades de la vida hicieron que Stefano se encontrara con Gio Cultrera, “Gio Cultrein no es el Jazzista famoso, pero es el bajista de la banda y de nuestra unión salió algo bueno”. Más tarde llegó Roque que, con saxo y oboe en mano, vino a cerrar el trío musical. Dos italianos y un canario.

Ganarse la vida en Barna como músico es todo un desafío para valientes: “A parte de mi música también vendo fotos en la calle. Yo en principio ¡llegué para hacer música! No, es broma, bórralo, vine a acabar mi especialización en fotoperiodismo y luego me gustó la buena gente que encontré y empecé con la música”. Stefano se siente adaptado, aunque el panorama musical underground de Barcelona no es precisamente como para tirar cohetes, “¡está malísimo! A veces pienso que no sé que hago aquí, pero queremos crear un circuito electro funk en Barcelona”. Y qué sería de la inspiración sin un bar al que acudir a despejarse: “me gusta Como en casa, bar alegre, chino súper amable”.

Por el momento, la banda sigue trabajando en mejorar su directo, y nos citan para el próximo 7 de diciembre: “ese día vamos a estar haciendo swing sucio en Gipsy Lou. Un abuelo de 70 años seguramente pensaría “¡qué gitano! Que buen rollo que desprende este loco”.