Nos guste o no, el plástico es inmensamente útil en nuestra vida diaria. Otro tema es que, a consecuencia de él -y de nuestros hábitos- vivamos entre escombros.

Imagina que vas a comprar una cerveza y que 10 céntimos de los que vas a pagar por ella van a utilizarse como “depósito o fianza”. Te la bebes y que al final, en lugar de tirarla, la llevas al sitio donde la has comprado y te devuelven tu fianza por el envase vacío.

Para este 2021 Paula se propuso reducir al máximo sus residuos, o lo que es lo mismo, unirme al movimiento Zero Waste, o al menos intentarlo...

¿Alguna vez has hecho el ejercicio de caminar por la calle contando una a una las colillas del suelo? Si lo pruebas, verás que el número de ellas es incontable. Y escandaloso.

En el aire que respiras, ya sea en Barcelona o en una zona deshabitada de los Pirineos, hay pequeñas partículas de plástico. Los famosos microplásticos están por todas partes.

El màrqueting de Damm no és un greenwashing qualsevol. Al seu costat, queden ridículs els pamflets de les elèctriques amb molins de vent, molt color verd i un missatge tipus ‘estem compromesos amb el planeta’ o ‘junts ho aconseguirem’.

Algunos establecimientos sí actúan de forma consciente e incentivan una compra responsable y sostenible. Hablamos con Olga y Alejandro de Yes Future, el supermercado "zerowaste".

Posar una bossa a la paperera, omplir-la de brossa, lligar bé la bossa, treure-la, dur-la al teu contenidor més proper i llençar-la allà.

Vuelven los propósitos de año nuevo y yo, que soy una clásica, no podía faltar a la cita. Este año me deja con pocas cosas claras, pero como mínimo tengo una: En 2021 quiero reducir mi basura.