Lluís Torrens Mèlich es el director de Planificación e Innovación del Área de Derechos Sociales del Ayuntamiento. Lleva 8 meses en el cargo con un claro objetivo según su propia descripción: “Acabar con la pobreza en Barcelona”. Una de las medidas en esa dirección es la creación de una Renta Municipal de Emergencia que, imitando las maneras pero no el fondo de la Renta Básica, saque del pozo a los barceloneses que la crisis se ha dejado por el camino.
CASO CONCRETO DE BARCELONA
El Ayuntamiento quiere implantar algo parecido a la Renta Básica (RB) en Barcelona, ¿de qué se trata exactamente?
No es una RB, es una renta complementaria con la que intentamos que todo el mundo tenga unos ingresos mínimos. No se trata de dar una renta a todo el mundo por igual, sino solo a la gente cuyos ingresos están por debajo de un umbral y puedan cubrir sus necesidades básicas.
¿De qué umbral?
Faltan muchos cálculos aún, pero la cifra debería oscilar entre los 500 y 600 euros mensuales para una adulto, en función del tamaño de la unidad familiar. Es difícil saberlo, porque en las pocas simulaciones que hemos hecho, variando un poquito los porcentajes, el crecimiento del coste global es muy alto. Los márgenes son muy sensibles, porque nuestra sensación es que hay una franja de la población cuyos ingresos basculan entre los 500 y 600 euros, así que si pasas de 500 a 600 el coste se dobla.
¿La ayuda sería siempre complementaria?
Sí. Por ejemplo, si una persona cobra los 426 euros de ayuda al desempleo, el Ayuntamiento le daría los 174 euros necesarios para llegar a ese umbral.
Es una miseria.
No, depende. Hay gente que ingresa 0 euros.
Pero con 600 euros no vives.
No sabemos si son 600 euros. Además hay un factor que afecta mucho, que es la vivienda. No es lo mismo que te den 600 euros si tienes la casa pagada, que si tienes que pagar un alquiler o una hipoteca, porque entonces tienes que decidir si la pagas o comes. Hay que añadir cálculos adicionales para valorar qué renta se necesita y combinar ayudas a la vivienda con ayudas de renta.
Vayamos a un caso práctico: si una persona que vive sola paga una hipoteca de 800 euros, ¿cómo queda la ayuda?
En ese caso, la pregunta es si esa persona tiene la capacidad de seguir pagando una hipoteca de 800 euros al mes o si lo que necesita es olvidarse de la casa e irse a un alquiler social que le cueste 250 euros. No vamos a generar una solución ideal para todo el mundo, porque la caja será limitada. En Barcelona una persona sola puede pagar de alquiler entre 500 y 600 euros, si le damos una renta de esa cantidad, se le va todo al alquiler. Habrá que darle una ayuda adicional, que ya se da, al alquiler.
Otro caso práctico: ¿cómo quedaría esta renta para una persona en paro, para un mileurista o para alguien que cobre 2.000 euros al mes?
Depende de la situación familiar. Imagina que vives en pareja y tienes dos niños. Son 600 euros para el primer adulto, para el segundo serían 300 euros, el 50%. Y los niños el 30%, 180 euros. En total son 1260 euros. Por lo tanto, un mileurista se podría llevar 260 euros adicionales bajo este supuesto. Pero no es lo mismo un mileurista que vive solo, que otro que no paga un piso…
Un mileurista que pague un alquiler de 600 euros…
Creo que debería tener acceso a una ayuda al alquiler y, si vive solo, seguramente no tendrá derecho a la renta mínima. Pensemos que el salario medio son 1.200 euros, un mileurista ya casi es rico.
Pero el umbral de pobreza son 814 euros netos al mes… son 400 euros de diferencia entre ser pobre y ser “casi rico”.
Es que tenemos un problema de sueldos bajos. Y hay que añadir que la capacidad financiera del Ayuntamiento es limitada. No está incluido en nuestras capacidades crear esos recursos, a no ser que dejemos de hacer todo lo demás. Hay que buscar un equilibrio. El resultado no será plenamente satisfactorio, pero podemos marcar una diferencia para la gente que está tirada en la calle.
¿Cómo se llamará esta renta?
No le hemos puesto nombre todavía, el provisional es Renta Municipal de Emergencia (RME), pero porque la legislación española dice que la competencia para una renta de este tipo sería más bien de las administraciones autonómicas o del Estado. Las competencias de los ayuntamientos se ciñen a temas de emergencia social. Si le ponemos “renta” seguramente tendremos un problema, así que pensaremos otro nombre, incluso una explicación para que quede muy asociada a una necesidad urgente de las familias.
Hasta ahora, ¿qué ayudas “de emergencia” da el Ayuntamiento?
El Ayuntamiento tiene todo un sistema de ayudas que se ve sobrepasado. A los trabajadores sociales les llega la gente y les dice “no puedo pagar la luz”. Así que o bien les dan dinero, o les hacen un informe para que puedan ir a la compañía eléctrica a que no les corten la luz, o les dan unas tarjetas de prepago para el supermercado.
Hay un cierto peregrinaje de las familias por los Servicios Sociales.
Es un drama. En el sistema actual, las familias que tienen problemas de ingresos están principalmente preocupadas por el circuito de ayudas al que pueden entrar, en vez de estar buscando trabajo, porque necesitan conseguir un mínimo de subsistencia. Esto genera una cultura muy asistencialista y de caridad que es lo que queremos revertir. Queremos cambiar el sistema actual en el que el trabajador social, aunque sea una caricatura, decide si quien llega es merecedor de una ayuda o no, por un sistema en el que la ayuda es un derecho. Como cuando te quedas en paro y tienes un subsidio, queremos que, cuando no llegues a un mínimo, el Ayuntamiento te garantice unos ingresos automáticamente.
Pero esta ayuda, a diferencia de la RB, no la cobrarán todos los censados.
Como ayuntamiento seguramente no podríamos legalmente, pero es que tampoco tenemos la capacidad financiera para pagar una renta básica que se nos llevaría 3 veces el presupuesto. La RB se tiene que financiar con el IRPF y otros impuestos que no tenemos capacidad de modificar. En Barcelona hay 1.600.000 habitantes. Si le tenemos que dar 500 euros a cada uno serían 800 millones de euros al mes. El presupuesto anual del Ayuntamiento de Barcelona es de 2.800 millones de euros. Necesitaríamos unos cambios legislativos tan bestias…
Para cobrar esta RME, ¿cuál será el procedimiento?
Estamos en la fase de saber realmente cuánto va a costar, porque uno de los problemas que tenemos es que no existen datos reales.
¿No se pueden pedir a Hacienda las declaraciones de la renta de los barceloneses?
Sí, pero no todo el mundo tiene que hacer la declaración. Hemos hecho estudios sobre muestras muy grandes de declaraciones de renta y en Barcelona tenemos una de 70.000 declaraciones, que es el 10% de la gente que la hace. Si sumamos los miembros de la unidad familiar que declara, más o menos equivale a 1.100.000 de habitantes. Nos dejamos 500.000 personas que no la hacen, porque su nivel de ingresos está por debajo del que tocaría. Aun añadiendo la muestra de las empresas que han pagado alrededor de 18.000 euros al año a sus trabajadores, se nos siguen quedando fuera los que están por debajo de los 10.000 euros. Necesitamos información más precisa de esta población que es precisamente la destinataria potencial. Antes de decidir cuánto vamos a pagar, tenemos que saber cuánto nos va a costar. Hemos iniciado un plan de encuestas, ya llevamos 5.000 y esperamos tener en verano una información mucho más precisa.
Quien solicite la RME seguirá siendo quien crea que tiene la necesidad.
La idea es ir a un sistema que estigmatice lo menos posible: que la gente no tenga que pasar el trago de verse delante del trabajador social y decirle: “Soy pobre y necesito que me ayudes”. La pobreza está asolando muchos sectores de la población, alcanza a la clase media que ha agotado la prestación por desempleo y no es usuaria de los centros de Servicios Sociales porque les cuesta reconocerse en una infraestructura que asocian a sectores de población con unas problemáticas especiales. Así es que queremos jugar con las nuevas tecnologías e implantar un sistema de autoevaluación, donde la gente pueda introducir sus datos anónimamente y averiguar si en su situación tendría derecho a esta prestación o a otras del Estado y la Generalitat. A partir de ahí, podría iniciar los trámites para que el sistema hiciera un cálculo más fino de la prestación que le correspondería.
Pero no dejará de ser voluntario. Por muy moderno que sea el sistema, uno ha de hacer el ejercicio de pensar que es pobre.
A nivel europeo se han hecho estudios que demuestran que el nivel de no acceso a determinadas rentas garantizadas llega al 40% de promedio. La gente no las pide aunque tenga derecho, por desconocimiento, por falta de educación, por miedo a la estigmatización… En Guipúzcoa, la provincia más rica de España, con la renta garantizada más generosa del Estado, se calcula que tendría que incrementarse un 50% el número de beneficiarios que hay ahora para que la ayuda llegara a toda la población que tiene derecho. Es decir, solo el 66% de la gente que tiene derecho la está cobrando.
¿Con una RME desaparecerán otras ayudas?
Algunas sí, algunas no. La típica ayuda de 100 euros que se pide para comprar comida seguramente la eliminaríamos. La del alquiler no.
¿Cómo se financiará esta RME?
Vendrá de la caja del presupuesto. No sabemos todavía qué parte del presupuesto se va a llevar. El plan de choque de BComú decía que con 25 millones de euros se podía eliminar la pobreza. Si lo divides, son 6.000 familias y hay muchísimas más en situación de pobreza. Habrá que establecer controles: pediremos también un tiempo mínimo de residencia, porque hay una movilidad brutal: el 25% de la población lleva menos de 5 años aquí, cada año se van y se instalan 200.000 personas.
¿Cuándo habrá un presupuesto asignado a esta renta?
Este año no. Si la fuéramos a implantar sería en 2017. Ahora estamos haciendo los números y la intención es tener una idea clara a finales de verano para poder incluirlo en los presupuestos de 2017, que se debaten a partir de septiembre-octubre de este año. Se puede convertir fácilmente en la segunda partida más grande después de los sueldos de los trabajadores públicos, que a día de hoy es la recogida de basuras.
¿Una RME crearía un efecto llamada?
Depende. Barcelona no es una isla y cruzar la calle Badal es relativamente fácil. Podría haber una concentración, pero creemos que el impacto sería bajo. Y siempre pensamos en medidas como el mínimo de tiempo de residencia para controlar.
¿Cómo afectaría la RME al incentivo para trabajar?
Esta es la gran cuestión. Tenemos que partir de que a la gente le gusta trabajar. Es cierto que a diferencia de la RB, que se cobra se trabaje o no, con la RME hay un desincentivo económico. La renta que proponemos, como cualquier renta garantizada, genera lo que se conoce como trampa de la pobreza: si tengo garantizados 600 euros y me ofrecen un trabajo a media jornada de 300 euros, no lo cojo porque voy a llegar a esa cifra igual y además con un empleo incurro en nuevos gastos como transporte o dietas. Pero, ¿qué hacemos?, ¿dejamos a la gente que muera de hambre? La solución perfecta sería la RB. Pero el debate de fondo es otro: lo que no es racional es que se cobren sueldos tan bajos.
GENERAL: RENTA BÁSICA
José Antonio Noguera estima que el problema para calcular y financiar la RB está en la estructura del IRPF, que establece que quienes cobran 18.000 euros netos al año o más son ricos.
Es una simplificación. 18.000 euros para un soltero, sí. Pero en una unidad familiar ya no es así. Con los números que hacíamos con Daniel Raventós y Jordi Arcarons, sale que empiezan a perder las rentas medias, a partir de 27.000 euros anuales. Pero se pueden hacer muchísimos cálculos. Este lo hicimos con el más simple. Tenemos cálculos en los que el 85% de la población sale ganando.
¿La RB es patrimonio de la izquierda?
No, es patrimonio de la izquierda su aplicación progresista, sin sustituir las funciones del estado del bienestar. La preocupación es que si desde la izquierda no se asume como herramienta importante de la ideología, la RB acabe triunfando como una medida que sirve a los liberales para desmontar un poco más el estado del bienestar: con ella no hace falta que la sanidad, la dependencia o la educación sean gratuitas.
Pero desde la izquierda también se reduciría una parte del estado del bienestar, al menos, en Servicios Sociales.
Sí, pero porque bajará la demanda. Si eliminas la pobreza, toda una serie de servicios desaparecen. El impacto en temas de salud mental o alcoholismo es extraordinario. Hay beneficios de garantizar unos ingresos a las personas que no se pueden medir en el corto plazo, pero allí donde se han hecho experimentos hay unos resultados espectaculares con el consecuente impacto en las cuentas públicas. En función de cómo se financie la RB pueden desaparecer algunas ayudas, como las de alimentación. La de vivienda dependerá del mercado.
¿Cómo afectaría al derecho a huelga?
Siempre decimos que la RB es la caja de resistencia más potente que puede haber. Te pones en huelga y sigues cobrando. A diferencia de lo que piensan algunos sindicatos, pensamos que hará subir los sueldos, porque la gente no aceptará cualquier trabajo con cualquier condición. Y eso permite una posición de negociación más elevada.
¿Y para las mujeres que no tienen un trabajo remunerado?
Los primeros estudios sobre rentas garantizadas que se hicieron en Estados Unidos en los 60 en New Jersey o Alabama, en colectivos negros donde las rentas eran bajas. Querían ver qué ocurría con las rentas garantizadas. Uno de los resultados que se presentó como negativo era que aumentaba la tasa de divorcios. Mira qué mensaje: la mujer que está en casa sin ingresos es absolutamente dependiente del marido y por lo tanto, aguanta. La RB es un arma brutal de emancipación y libertad.
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