Flores, dejadme
flores, dejadme
que aquel que tiene una pena
no se la divierte nadie.
Salí al campo a divertirme
dejadme, flores, dejadme.

Federico García Lorca y Manuel de Falla iban de paseo por una calle granadina, cuando una canción antigua, “levantada con brío frente al tiempo”, salió de una habitación vacía “sin un cuadro, como una máquina de vivir del arquitecto Corbusier”. Lorca desplaza el habitar al traducir libremente (y políticamente) la machine à habiter del arquitecto suizo como máquina de vivir.

La exposición –que comienza con la amarga constatación de que nuestra época es aquella que ha hecho del “vivir” una forma administrada del “habitar”– plantea un recorrido exigente, pero sumamente rico en posibilidades de hallar nuevos comienzos, caminos, paseos. Se trata pues de estirar tanto la brecha hasta revertirla, o más bien reventarla: “Hacer del ‘vivir’ un modo político del ‘habitar’ el mundo”.
En su afán de superar la dicotomía entre zoé y bios, la política, por fin, debería entenderse como el lugar donde el vivir debe transformarse en el vivir bien.

Implicados en la dificilísima tarea de presentar de otra manera las formas de vida, como el azaroso trabajo y los usos de la habitación que los gitanos construyen, los comisarios plantean a lo largo de las salas un sinfín de idas y venidas. El hilo conductor pasa a través de documentos, maquetas, libros y abundantes fotografías que proponen un retrato multifacético del pueblo gitano y su influencia en algunas de las vanguardias radicales europeas. La importancia de estudiar su cultura, finalmente despegada de un sempiterno “exotismo”, se revela en la urgencia de plantear, como lo hizo el video-artista Darcy Lange, un caso de estudio. Este se basa en unas formas de hacer antagónicas: su principal motor era la fiesta, y al mismo tiempo hallaban en la improductividad –la cual continuamente celebraban– su mayor riqueza, su capital acumulado, su plusvalía. No sorprende que el mismísimo Debord constatara, con suma admiración, cuando escribió a propósito de los gitanos que “el capitalismo los atraviesa de parte a parte y en nada cambia su forma de vida”.


Comisarios: Pedro G. Romero, María García Ruiz y Valentín Roma
Visitas: La Virreina • La Rambla, 99 • Hasta el 20.05.2018